LOS GANADORES NO PIENSAN EN UN SEGUNDO PUESTO
Con las comunicaciones a la orden del día, podemos permanentemente conocer los alcances de la tecnología de punta y gracias a la misma lograremos solucionar innumerables problemas de la vida cotidiana.
Pero por razones de los secretos industriales, no siempre la solución para un problema está al alcance de la mano. No tenemos diagramas, planos, circuitos o el conocimiento necesario para si quiera desarmar un aparato, por lo cual nos vemos imposibilitados de alcanzar al meollo de la cuestión.
Este tipo de dificultades nos dan una idea superficial, cuando decidimos solucionar el problema de una persona enferma.
Muchos de nuestros padecimientos no son fáciles de abordar por la simple razón que el manual de ensamble es un secreto del creador, por intuición podemos acercarnos como para ayudar, aunque puede que estemos lejos del mismo.
Ningún ser humano es igual al otro, cada uno tiene su razón de ser o de existir.
Existen individuos más fuertes que otros, pero muy en el fondo cuando nos descomponemos hay un factor que nos distingue y es nuestro ser interior. La diferencia a nuestra recomposición, recuperación o restauración depende enteramente de nuestras informaciones paradigmáticas. Si las mismas son de un alto contenido motivacional, estas se transformarán en nuestra razón de recuperación milagrosa.
Y si por el contrario, nuestros genes han grabado el fracaso, como el final en nuestra existencia, indudablemente el espíritu apocado será el resultado que ahogará la chispa de la vida.
Como conclusión podemos decir que cuanto más estemos próximos a una fuente formadora de imágenes positivas de nosotros mismos, casi con seguridad hemos hallado nuestra fuente de la juventud y la vida.
Nuestro espíritu es la fuente del poder milagroso que día a día nos transforma y rejuvenece, si sabemos contemplar el lado positivo de los hechos o de nuestro entorno.
Por lo tanto demos a los desahuciados un cambio a su punto de vista u óptica pesimista y obtendremos los resultados y milagros buscados en aquellos a los cuales la suerte no los ha favorecido.
Generalmente la suerte se inclina a favor de aquellos que, aunque no crean en la misma, ésta actúa a favor de los intrépidos o valientes que confían en sus sueños, aunque todo al principio parece opuesto e incierto.
Mustapic Federico Antonio.
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