A PESAR DE TODO, LO NUESTRO ESTÁ PRIMERO
Con 56 años sobre las espaldas, una familia, y un futuro absolutamente incierto, yo opto estar acá. Lo prefiero a pesar de los ninguneos de nuestros servidores, sus mentiras , no elijo nuestra patria por descarte, sino por convicción. Escojo mi país, el cual me ha arrancado lágrimas de angustia, de impotencia, de dolor, de bronca, elijo mi bendita Argentina. Donde todo se olvida con un asado, mate, fogón y la sonrisa de un amigo, esta nación inclemente que no perdona miedos ni fragilidades. Prefiero este país aún a pesar del pánico que a veces me devora desde adentro y me corre por la sangre.
Y como muchos de los que lo escogen, hoy más que nunca necesito cobrar fuerzas, aunque siento hundirme en el fango de la política lleno de sus miserias, de las necesidades que generó, a causa de sus incapacidades.
Necesito escuchar a los que piden, aplaudir a los que trabajan bien, a los esforzados, a aquellos que cantan en medio de sus temores, celebrar a los que luchan, repudiar a los que roban. Necesito sentirlo hasta la médula, sentirlo dentro mío, como a un hijo por parir.
¡¡Y caramba, si lo siento...!! Se me cierra la garganta por la emoción, mi corazón se conmueve cada vez que escucho el himno, cada vez que le cuento a mis amigos extranjeros todo lo que nos pasa, cada vez que me atropella esta realidad feroz. Pero también lo siento tibio a flor de piel cuando encuentro refugio entre mi gente, y nos damos una mano, y buscamos la manera de sumar nuestras ideas, nuestras ganas de crecer.
Seguramente usted siente lo mismo, aunque reniegue y diga "... este país de miércole...". Es así, uno se queja pero sigue, la cuestión es seguir por convicción, no por inercia. Ponerse de verdad la camiseta, pelear por el futuro, codo a codo, todos juntos. Hace tiempo empezamos, con los cacerolazos, ahora no nos callamos, acompañamos al campo, un vicepresidente votó en contra del aparato…y tantas más. Ahora hay que seguirla con solidaridad, con voluntad, con dignidad y con inteligencia. LO NUESTRO ESTÁ PRIMERO, defendamos nuestra tierra, nuestra paz, nuestra moneda y nuestra democracia. Echemos a los buitres, los de adentro y los de afuera, que se vayan a otro lado a buscar muertos.
Una Argentina quiere nacer. Se está gestando a golpes, a gritos, a reclamos, pero también debemos poner lo nuestro, la esperanza, el esfuerzo y las agallas de los que todavía tenemos sueños. El parto va a ser largo y trabajoso, nos agarró en mitad de la tormenta, se nos cortó la luz, el médico no llega y no tenemos gasas, ni guantes ni agua limpia. Habrá que arremangarse... así es la historia, inoportuna y ciega.
Pero cuando por fin nazca nuestra nueva patria yo quiero estar aquí, llorando de emoción, abrazandola, cobijándola en mi pecho. No me puedo dar el lujo de perder ese momento, así tenga que esperar toda mi vida. Yo me quedo.
Mustapic Federico Antonio
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