Su vida está en peligro. Debemos actuar con un solo sentir de nación y pensar en los más vulnerables, los niños.
Entrevista A Marie-Monique Robin, Autora De El Mundo Segun Monsanto
“Quien controla las semillas, controla la comida y la vida”: el mundo segun Monsanto
“Una campaña líder, un modelo agrario y sus consecuencias sociales y sanitarias. Los secretos de la empresa, su poder ante los gobiernos y la ciencia. La investigadora francesa aborda todas las claves para contextualizar el monocultivo de soja y los agrotóxicos a nivel global.
¿Como define a Monsanto? Monsanto es una empresa delincuente. Lo digo porque hay pruebas concretas de ello. Fue muchas veces condenada por sus actividades industriales, por ejemplo el cado de los PCB, producto que ahora esta prohibido, pero sigue contaminando el planeta. Durante 50 años el PCB estuvo en los transformadores de energía. Y Monsanto que fue condenado por eso, sabia que eran productos muy tóxicos, pero escondió información y nunca dijo nada. Y es la misma historia con otros dos herbicidas producidos por Monsanto, que formaron el cóctel llamado “agente naranja”, utilizado en la guerra de Vietnam, y también sabia que era muy toxico e hizo lo mismo. Es mas, manipulo estudios para esconder la relación entre las diaximas y el cáncer. Muchos dicen que esto es el pasado, pero no es así, es una forma de obtener ganancia que aún hoy esta vigente. La empresa nunca acepto su pasado ni acepto responsabilidades, siempre trato de negar todo. Es una línea de conducta y hoy sucede lo mismo con los transgenicos y el Roundup.
¿Cuáles son las prácticas comunes de Monsanto en el orden global? Tiene prácticas comunes en todos los países donde actúa, Monsanto esconde datos sobre sus productos, pero no solo eso, también miente y falsea estudios sobre sus productos. Otra particularidad que se repite de ellos es que cada vez que científicos independientes tratan de hacer su trabajo a fondo con los transgenicos tienen presiones o pierden sus trabajos. Eso también sucede en los organismos de Estados Unidos como son la FDA (administración de alimentos y medicamentos) o EPA (agencia de protección ambiental). Monsanto también es sinónimo de corrupción. Dos ejemplos claros y probados son el intento de soborno en Canadá, que origino una sesión especial del senado canadiense, cuando se trataba la aprobación de la hormona de crecimiento lechera. Y el otro caso es en Indonesia, donde el Monsanto fue condenado porque corumpio a cien altos funcionarios para poner en el mercado su algodón trangénico. No dudamos que hay más casos de corrupción donde Monsanto es quien corrompe.
Usted también afirma que la modalidad de puertas giratorias es una práctica habitual.
Sin duda en la historia de Monsanto siempre esta presente lo que en los Estados Unidos se llama “la puerta giratoria”. Un ejemplo claro: el texto de reglamentación que regula los transgénicos en ese país fue publicado en 1992 por la FDA, la agencia norteamericana encargada de la seguridad de alimentos y medicamentos. La cual se supone es muy seria, al menos siempre yo pensé eso, hasta antes de este trabajo. Cuando decían que un producto había sido aprobado por la FDA pensaba que era seguro. Ahora se que no es así. En el 1992 el texto de la FDA fue redactado por Michael Taylor, abogado de Monsanto que ingreso a la FDA para hace ese texto y luego fue vicepresidente de Monsanto. Un ejemplo muy claro “puertas giratorias”. Hay muchos ejemplos en todo el mundo.
Monsanto fabrico el “agente naranja, PCB y glifosato, y tiene condenas por publicidad engañosa. ¿Por qué tiene tan buena prensa?
Por falta de trabajo serio de los periodistas y la complicidad de los políticos. En todo el mundo es igual.
¿Porque Monsanto no habla? ¿Has probado llamarlos? Si, pero no aceptaron preguntas.
También es lo mismo en todo el mundo. Ante cualquier periodista critico, Monsanto tienen una sola política: “No, Coments” (sin comentarios)
¿Qué significa Monsanto en el mercado mundial de alimentos?
La meta de Monsanto es controlar la cadena de alimentos. Los transgénicos son un medio para esa meta. Y las patentes una forma de lograrlo. La primer etapa de la “revolución verde” ya quedo atrás, fue la de plantas de alto rendimiento con la utilización de pesticidas y la contaminación ambiental. Ahora estamos en la segunda etapa de esa “revolución”, donde la clave es hacer valer las patentes sobre los alimentos. No tiene nada que ver con la idea de alimentar al mundo, como se publico en su momento. El único fin es aumentar las ganancias de las grandes corporaciones. Monsanto gana en todo. Te vende el paquete tecnológico completo, semillas patentadas y el herbicida obligatorio para esas semillas. Monsanto te hace firmar un contrato por el cual te prohíbe conservar las semillas y te obligan a comprar Roundup, nos e puede utilizar un glifosato genérico. En este momento Monsanto gana en todo, y es todo lo contrario de la seguridad alimentaría. De paso, recordemos que la soja transgénica que se cultiva aquí no es para alimentar a los argentinos, es para alimentar a los puercos europeos, y que pasara en argentinas cuando las carnes de Europa deban etiquetarse con que fueron alimentadas con soja transgénica. Se dejara de comprar carnes de ese tipo y Argentina también recibirá el golpe, porque le bajara la demanda de soja.
Estuvo en Argentina, Brasil y Paraguay. ¿Qué particularidad encontró en la región?
Hay que recordar que Monsanto entro aquí gracias al gobierno de Menem, que permitió que la soja transgénica entrara sin ningún estudio. Fue el primer país de América latina. Luego desde Argentina se organizo un contrabando de semilla transgénica, de grandes productores, hacia Brasil y Paraguay. Que se vieron obligados a legislarlo porque eran cultivo que luego se exportaban. Y luego llego Monsanto a reclamar sus regalías. Fue increíble como se expandió la soja transgénica en la región, y en tan pocos años. Es un caso único en el mundo.
En la década del `90 la Argentina era denominada como alumno del modelo del FMI. Hoy con 17 millones de hécareas con soja transgénica y la utilización de 168 millones de litros solo de glifosato ¿Se puede decir que Argentina es un alumno modelo de los agronegocios?
Si, claro. Argentina adopto el modelo Monsanto en tiempo record, es un caso paradigmático. Pero también hubo algunos problemitas con el alumno modelo. Como las semillas son patentadas, Monsanto tiene el derecho de propiedad intelectual. Eso significa, como lo vi en Canadá y Estados Unidos, que los hacen firmar a los productores un contrato en los que se comprometen a no conservar parte de sus cosechas para resembrar el año próximo, lo que suelen hacer los agricultores de todo el mundo. Monsanto lo denuncia como una violación de su patente. Entonces Monsanto envía la “policía de genes”, que es algo increíble, detectives privados que entran a los campos, toman muestras, verifican si es transgénico y si es agricultor ha comprado sus semillas. Si no las han comprado, realizan juicio y Monsanto gana. Es parte de una estrategia global: Monsanto controla la mayoría de las empresas semilleras y patenta las semillas, exigiendo que cada campesino compre sus semillas. Lo que paso aquí es que la ley argentina no prohíbe guardar las semillas de una cosecha y utilizarlas en la próxima siembra. En un primer momento Monsanto dijo que no iban a pedir regalías, y dio semillas baratas y Roundup barato. Pero en el 2005 comenzó a pedir regalías, rompió el acuerdo inicial y por eso mantiene un enfrentamiento judicial con su alumno preferido.
El Roundup tiene un papel protagónico en este modelo. Muchas comunidades campesinas e indígenas denuncian sus efectos, pero hay pocas prohibiciones
Es un impacto increíblemente silenciado. Nadie puede negar lo que traen aparejadas las fumigaciones con este herbicida, totalmente nocivo. Tengo la seguridad de que va a ser prohibido en algún momento, como fue el PCB, estoy segura que llegara ese momento. De hecho en Dinamarca ya se prohibido por su alta toxicidad. Es urgente analizar el peligro de los agroquímicos y los OGM (organismos genéticamente modificados).
Sin embargo, las grandes empresas del sector prometen desde hace décadas que con los transgénicos y agrotóxicos se lograra aumentar la producción y así se acabara con el hambre del mundo
Argentina es el mejor ejemplo de esa mentira. ¿Qué tal le ha ido con la sojización del país? Se ha perdido en la producción de otros alimentos básicos y aún hay hambre. Este modelo es el modelo del monocultivo, que acaba con otros cultivos vitales. Es una transformación muy profunda de la cultura, que lleva directo a la perdida de la soberanía alimentaría, y lamentablemente ya no depende de un gobierno para poder revertirla.
¿Porque el proceso agrario actual usted lo llama “la dictadura de la soja”?
Es una dictadura en el sentido de un poder totalitario, que abarca todo. Hay que tener claro que quien controla las semillas controla la comida y la vida. En este sentido Monsanto tiene un poder totalitario. Es tan claro que hasta Syngenta, otra gran empresa del sector y competidora de Monsanto llamo a Brasil, Argentina y Paraguay “las republicas unidas de la soja”. Estamos en presencia de un programa político con fines muy claros. Una simple pregunta lo demuestra: ¿Quién decide lo que se va a cultivar en Argentina? No lo decide ni el gobierno, ni los productores: lo decide Monsanto la empresa multinacional. Y para peor la segunda ola de transgenicos será más fuerte, con un modelo de agroconbuistibles que acarrea más monocultivos. Y, a esta altura, ya esta claro que el monocultivo es perdida de biodiversidad y es todo lo contrario de seguridad alimentaría. Ya no hay dudas de que el monocultivo, sea de soja o para biodiesel es el camino hacia el hambre.
¿Cual es el papel de la ciencia en el modelo de agronegocios, donde Monsanto es solo la cara más famosa? Antes pensaba que cuando un estudio era publicado en una prestigiosa revista científica, se trataba de un trabajo serio. Pero no las condiciones en que se publican algunos estudios son tristes, con empresas como Monsanto presionando a los directores de las revistas. En el tema transgénicos queda muy claro que es casi imposible realizar estudios del tema. En muchas partes del mundo Estados Unidos o Argentina, los laboratorios de investigación son pagados por grandes empresas. Y cuando el tema es semillas, transgénicos o agroquímicos, Monsanto siempre esta presente y condiciona las investigaciones.
¿Los científicos tienen temor o son cómplices? Ambas cosas. El temor y la complicidad están presentes en los laboratorios del mundo. En el libro dejo claro que hay científicos en todos los países, cuya única función es legitimar el trabajo de la empresa.
¿Cuál es el papel de los gobiernos para que empresas como Monsanto avancen?
los gobiernos son los mejores propagandistas para que los OGM (organismos genéticamente modificados). Realizan un trabajo de lobby increíble. Monsanto les lleva sus estudios, su información, sus revistas, fotos, todo muy lindo. Les dicen a los políticos que no harán contaminación y salvarán al mundo. Y los políticos hacen lo suyo. Y también hay presiones. Diputados franceses han denunciado públicamente las presiones de Monsanto, hasta reconocieron que la compañía contacto a cada uno de los 500 diputados para que legislen según los interesas de la empresa.
¿Y el papel de los medios de comunicación?
Me da mucha pena porque soy periodista y creo en lo que hacemos, porque es una profesión con un papel muy importante en la democracia, pero hay una gran manipulación de los medios. En todo lo referido a los transgénicos la prensa no trabaja seriamente. Los medios miran las propagandas de Monsanto y la publican sin cuestionamientos, como si fueran empleados de la empresa. También se publico que Monsanto invita a comer a los periodistas, les realiza regalos, los lleva de viaje a Saint Louis (donde esta la sede central) los periodistas van muy contentos, pasean por los laboratorios, no preguntan nada y ya. Así funcionan los medios con Monsanto. También registre casos en los que Monsanto busca, en cada medio de comunicación un defensor establece contacto con el y logra opiniones favorables. No se si hay corrupción, pero se que Monsanto logra su objetivo. En Argentina es claro como actúa, al ver algunos artículos de suplementos rurales se ve en lugar de artículos periodísticos son publicidades de Monsanto. No parece que un periodista lo escribió, fue directamente la compañía.
¿Que evaluación hace del enfrentamiento entre el gobierno y las entidades patronales del agro? En el 2005 entreviste a Eduardo Buzzi, estaba furioso por el tema de las regalías reclamadas por Monsanto. Y además hablaba de los problemas que traía la soja, hasta me puso en contacto con pequeños productores que me hablaron de las mentiras de Monsanto, de la resistencia que mostraban las malezas, que había que utilizar mas herbicidas y que los campos quedaban como tierra muerta. Buzzi sabia todo eso y me decía que cuestionaba ese modelo, afirmaba que la soja traía la destrucción de la agricultura familiar y me decía que la federación agraria representaba ese sector, que enfrentaba a los polos de siembra y a las grandes empresas. Y Buzzi denunciaba mucho este modelo, muy buen discurso pero ahora no sé qué pasó. Nunca lo volví a ver y me gustaría preguntarle que le paso, que ahora se une con las entidades más grandes, me extraña mucho el cambio que muestra. Y encima Buzzi esta con Aapresid (asociación argentina de productores de siembra directa –integrada por todas las grandes empresas del sector incluidas las semilleras y agroquímicas-), que es la que mas gana con todo este modelo, y que apareció poco en este conflicto. Aapresid manipula todo y esta con los grandes sojeros, que no son agricultores y que hasta promueven un modelo sin agricultores. Entonces no entiendo como Federación Agraria dice representar productores chicos y esta con Aapresid. Lo de Federación Agraria es muy extraño, no se entiende.
¿Y el papel del gobierno? Las retenciones puede ser que frenen algo del proceso de sojización. Pero no es una solución frente a un modelo tan agresivo. La solución tiene que ser algo mucho más radical y no a corto plazo. Claro que la tentación de los gobiernos es grande, la soja trae buenos ingresos, pero hay que pensar a largo plazo. No hay soluciones simples ni cortoplacistas para un modelo que hecha al campesino de sus tierras y, fumigaciones mediante, contamina el agua, la tierra y a la gente. Autor: por Darío Aranda Fuente: Revista El Expositor