El rescate de los mineros dejó un mensaje: “LA ÚLTIMA PALABRA LA TIENE DIOS”
Dentro de tanto alboroto sobre el tema de la Soberanía, los derechos soberanos de una nación sobre su territorio y tantos argumentos que tienen que ver con nuestros derechos para ser una nación libre y soberana, me doy cuenta que es todo parte de una retórica que los señores que tienen el poder, la esgrimen muy bien para su conveniencia.
Ejemplo podríamos citar la colonia de Hong Kong como recuperó su soberanía y el traspaso a la China de la cual originalmente se desprendió por causa de traiciones entre sus antiguos dirigentes, con transas entre el gobierno ingles y el conocido tema del opio por un tanto por ciento.
Es doloroso decirlo pero para ser soberano sobre la tierra según el concepto actual de la política corrupta, uno primero tiene que transar con el poder, ceder algo, para ser soberano.
De lo anterior descubro que un país no es tan soberano como se cree a menos que tenga un gobierno legítimo y todo el apoyo popular. Pero además el país debe tener tal peso económico que pueda hacer tambalear la economía mundial, estamos hablando de China.
Hong Kong vuelve a China por el pánico que el Reino Unido le tiene a China, si hablamos de armamento, el país asiático está armado hasta los dientes de las más diversas formas, si hablamos de economía el solo cierre de sus importaciones mundiales a todo recurso natural proveniente de los más diversos países, generaría tal caos económica que todo el mundo colapsaría, obviamente China también porque no podría exportar lo que hoy día exporta.
Esa es la razón porque China es soberana, también es soberana porque su población tiene una cultura milenaria, una religión, sus habitantes en su inmensa mayoría en cuanto al concepto laboral es homogéneo, saben de su trabajo y lo que pueden lograr unidos.
Yo no sé vecino si usted entiende, ¿porque nosotros como latinoamericanos no somos tan soberanos en nuestras decisiones?.
Tenemos gobiernos que aún acuerdan, con los reverendos soberanos que coimean a nuestros jefes de gobierno para permanecer divididos, como naciones o vecinos. De esa forma no somos soberanos porque nos imponen, intereses de todo tipo exorbitantes en las cuentas públicas, que son estafas, estoy hablando de niveles tan elevados que pertenecen a la usura. Pero todo está acordado necesitan tenernos con el lazo en el cuello. No sea que nos demos cuenta que lo nuestro es un reflejo condicional, como la realidad del elefante de circo, donde el mismo aunque gigante y teniendo todo el poder para ser libre, está atado por una pequeña cadena, a la cual desde su nacimiento siempre estuvo atado.
Al bebé elefante lo acostumbraron a estar atado a una cadena gigante, la cual no lo permitía moverse. Con el correr de los años su mente acepto su triste realidad, después de tantos años de tener sus patas lastimadas por causa de tantos intentos por liberarse. Es así como al ser humano también se lo acostumbra una vez por la fuerza, otra por la represión, por el hambre, por la falta de trabajo, todo responde a que nos acostumbremos, a que no nos despertemos y nos demos cuenta que nuestra nación, nuestro pueblo, nuestra vida tiene más poder que cualquier cadena que nos hayan impuesto desde nuestros inicios o desde niños.
Tú puedes romper la cadena que te ata, no importa que el gobierno te traicione, te venda al mejor postor. Tú puedes liberarte de tu yugo.
Conocí un rey de esto hace mucho tiempo, el cual en un momento de su vida fue arrogante, el final de su historia es muy interesante, porque terminó paciendo como las vacas por causa de su soberbia, hasta que reconoció que existía un soberano que manejaba su vida por encima de él.
Jamás te olvides de esta realidad inexorable: “LA ÚLTIMA PALABRA LA TIENE DIOS”
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