RAZÓNES DEL FRACASO POLÍTICO DE UNA NACIÓN
Los medios de información fueron saturados por la muerte extraña del fiscal Nisman que investigaba la conexión y responsabilidades del gobierno argentino con el iraní sobre el atentado a la AMIA. Frente a este hecho, muchos periodistas sacaban conjeturas con referencia a las opiniones y hechos de los dirigentes políticos involucrados.
Como conclusión e incuestionablemente podemos decir que la República Argentina ha perdido la credibilidad internacional, la justicia una vez más fue avasallada y otra víctima inocente fue ajusticiada para que no se sepan los entretelones del poder corrupto de ambas naciones.
No es la primera vez que esto sucede, hay hechos del pasado de ésta nación y otras que tienen un común denominador y el cual sobresale entre el resto de los hechos.
Hace mucho tiempo atrás quedó registrado en la memoria de una nación el porque de un conjunto de circunstancias en las cuales vivían los habitantes de aquel entonces. Nadie comprendía el porque de tantas guerras, pestes, muertes, crisis económicas, divorcios, malestares, angustias, etc.
Estoy seguro que en nada ha cambiado para muchas naciones esta realidad que compartimos.
Tengamos temor y respeto a Dios, quien es el que da la lluvia en el momento oportuno. Él indica los tiempos para la cosecha.
Nuestra conducta corrupta y corrompida por las costumbre de nuestros gobernantes, han estorbado nuestro bienestar, y nuestros errores, como mal comportamiento apartaron de nosotros, nuestro bienestar general.
Nos acostumbramos al mal comportamiento y justificamos el proceder de los corruptos de nuestro pueblo. Cual enfermedad pestilencial a nuestra nación contaminó. De tal modo que todo lo que la justicia o autoridad tocaban, enfermaba a nuestro pueblo. Buscamos las razones de nuestra maldición, en potencias extranjeras, sin darnos cuenta que nosotros éramos la razón de esta peste.
Hasta los gobernantes nos hacían trampas con sus leyes y como chorlitos caíamos en sus fullerías.
Nuestra sociedad había llegado al colmo de la maldad, todo estaba lleno de engaño y los que más prosperaban eran los que cogobernaban con los corruptos; así se hicieron todos los embusteros más grandes y ricos.
En sus banquetes, ceremonias entrelazaban sus acuerdos a espaldas del pueblo. Los que participan de estas fiestas de gala eran reconocidos como eminencias o gestores en planes económicos, impulsados por leyes que llevaron a la ruina a nuestra país. Eran incomparables.
Su maldad sobrepasó toda expectativa; y como si fuera poco en las cortes o estrados a los humildes, pobres o desesperados le tejían la trama para su ruina, porque confabulaban en contra de aquellos que sostenían la corrupción con el pago de sus impuestos. Por tal razón prosperaban, porque entre ellos se protegían y cuidaban a aquellos que eran parte de su clan. Para mantener semejante “status quo” en nuestra estado era necesario mantener a los pobres subyugados, no educándolos, dándoles migajas y por encima de todas las cosas, cuando la nación reclamaba justicia era necesario eliminar a los revoltosos o sediciosos del nuevo orden.
Por tal razón no se juzgaba a nadie, se lo ejecutaba sin juicio previo y si el mismo prosperaba, nuestra suprema corte se encargaba de reencausar la causa a un nivel tal, que el pobre no tenía recursos para llegar a ver el final o la solución de su problema. Recuerda nuestra nación que en medio de un cataclismo, irrumpió en escena un poder sobrenatural y dijo una voz en forma pasmosa, terrorífica como si proviniera de una bocina gigantesca: ¿No castigaré esto?; ¿y de tal gente no se vengará mi alma?
Cosa espantosa y nauseabunda han hecho sobre mi creación, por tal razón ejecutaré mi juicio. Cada juez injusto pagará por su injusticia. Cada gobernante corrupto atraerá maldición sobre todas sus generaciones y su vida. Nada ilícito será sin castigo.
Pero a los que clamaron ante mi, "SU DIOS", yo los restauraré y bendeciré de tal forma, que a ustedes los que sufrieron sin razón, todos les tendrán miedo, por causa del bien que les haré..
Dejo una advertencia: Los que tocan a mi pueblo tocan la niña de mis ojos, por tal razón no serán sin culpa. Y mi juicio se derramará sobre los mismos.
Mustapic Federico Antonio
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