PIDO A DIOS QUE TODA LA HUMANIDAD EXPERIMENTE SU MILAGRO NAVIDEÑO
escucharla me produjo un nudo en la garganta por la emoción y se las quiero compartir. Puede que hoy día, se vuelva a repetir la misma experiencia de “LA MADRE POBRE” No era una Navidad más, esta había llegado con más frío de lo normal para esta época. Jamás cayó tanta nieve como esta Navidad. Se notaba el frío porque no había gente por las calles, salvo aquellos que circulaban por razones de urgente necesidad. Los carámbanos, cada hora que pasaba, más grandes se hacían. Las chimeneas de muchos hogares despedían un humo blanco y el calor de los leños encendidos. Todos los vecinos en los diversos comercios, hablaban del calor del hogar y que hermoso era compartir un chocolate caliente, sentados todos juntos, contemplando el fuego acogedor del hogar a leña. Hogar que no todos tenían y aquellos que lo tenían lo encendían durante el día porque no disponían de tantas riquezas para encender la leña durante toda la noche, estos humildes vecinos tenían buenos cobertores o frazadas para soportar el frío invierno del Norte. Un leñador cada tanto traía al pueblo la leña, para venderla y así la gente podía pasar este crudo invierno con el calor de un hogar encendido. Las calles estaban desiertas y por una de ellas avanzaba una mujer pobre, con sus ropas gastadas, de tanto lavarlas. Muchos años pasaron desde la última vez que alguna ropa se había comprado para ella o su familia. Su rostro reflejaba muchas batallas y con ellas las tantas derrotas sufridas. Pero ese día había decidido cambiar el curso y el resultado de sus antiguas batallas. Ese día se despertó con otro pensamiento. Externamente parecía destruida, pero internamente ese día después de muchos años amaneció con un pensamiento diferente. Ella decía en su interior: “Hoy es el mejor día de mi vida y lo voy a vivir plenamente”.


“Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.”

“Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.”
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.”
“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia.”
“Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.”
“Bienaventurados los que hacen la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.”
“Bienaventurados los que son perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.”