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lunes, 12 de noviembre de 2007

ES MI ESENCIA LE DIJO EL ESCORPIÓN A LA RANA.

Lo que en los comicios de ayer he visto, me preocupó sinceramente, me hizo recapacitar como así también tener el siguiente pensamiento crítico: " No gano el pueblo, muy por el contrario perdió la democracia con la posibilidad cierta, de limpiar toda la política infectada" .

Lo que se avizora en el horizonte es el remordimiento de conciencia y la pregunta de siempre: ¿Quién lo voto?

Necesitamos transparencia pero conociendo la esencia de los políticos de los últimos años en Ushuaia , no se observan tiempos halagüeños, máxime si le agregamos que la provincia esta en bancarrota.

Hay nubarrones en el horizonte, personajes que acomodar y me pregunto: ¿como un intendente elegido por unos pocos votos puros y muchos de otras extracciones políticas va ha poder aplacar la sed de aquellos que le hicieron un favor?.

Para esto basta el pequeño cuento que sigue:

Cuenta la leyenda lugareña que: vivía una rana muy buena.
Y cuando llegaba la época de las lluvias ella ayudaba a todos los animales que se encontraban con problemas ante la crecida del río.
Ella, cruzaba sobre su espalda a los ratones, e incluso a alguna nutritiva mosca a la que se le mojaban las alas impidiéndole volar. Pues su generosidad y nobleza no le permitían aprovecharse de ellas en circunstancias tan desiguales.
También vivía por allí un escorpión, que cierto día le suplicó a la rana: «Deseo atravesar el río, pero no estoy preparado para nadar. Por favor, hermana rana, llévame a la otra
orilla sobre tu espalda»
La rana, que había aprendido mucho durante su larga vida llena de privaciones y desencantos, respondió enseguida: "¿Que te lleve sobre mi espalda? ¡ Ni ahí ! ¡Te conozco lo suficiente para saber que si te subo a mi espalda, me administrarás un veneno letal y moriré!"
El inteligente escorpión le dijo: "No pienses tan negativamente. Te aseguro que no te picaré. Porque si así lo hago, vos y yo nos hundimos en las aguas frías, oscuras, además no sé nadar, indudablemente, perecería ahogado"
La rana se negó al principio, pero la incuestionable lógica del escorpión fue convenciéndola... y finalmente aceptó. Lo cargó sobre su resbaladiza espalda, donde él se agarró, y comenzaron la travesía del río.

Todo marchaba bien. La rana nadaba con soltura a pesar de sostener sobre su espalda al escorpión. Poco a poco fue perdiendo el miedo a aquel animal que llevaba sobre su espalda.
Llegaron a mitad del río. Atrás había quedado una orilla. Frente a ellos se divisaba la orilla a la que debían llegar. La rana, hábilmente esquivó un remolino...
Fue aquí, y de repente, cuando el escorpión picó a la rana. Ella sintió un dolor intenso y percibió cómo la ponzoña se extendía por todo su cuerpo. Comenzaron a fallarle las fuerzas y su vista se nubló. Mientras se ahogaba, le quedaron fuerzas para gritarle al escorpión: "¡Lo sabía!. Pero... ¿Por qué lo hiciste?"
El escorpión respondió: "No puedo evitarlo. Es mi ESENCIA Y MI NATURALEZA"

Y juntos desaparecieron en medio del remolino mientras se ahogaban en las profundas aguas de la corriente.
Comentario: Como votante de pura cepa desde hace muchos años, tengo que añadir: " que el vecino tampoco pudo evitarlo. También es su ESENCIA".

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