“TODO SE PIERDE Y NADA SE TRANSFORMA EN USHUAIA”

Todo era normal por la mañana, el transito, los perros, los bocinazos y el susurro matutino como el eco de una voz lejana, entorpecida a veces por un insulto o por una discusión absurda entre dos profesionales. Un día más como tantos en las calles de una ciudad abandonada de la Argentina, se llama Ushuaia.
Frente a un supermercado. A la derecha se me colaron por la ventanilla las imágenes de los otrora dictadores del pasado, gigantes por sus condiciones, pero infantiles por sus pensamientos quedados en el olvido, flemáticos como siempre, un poco sombríos como antaño. Pegado y frente al ingreso de otra quizá nueva rotonda ya sin los lupinos de mi vecina la promotora de ellos, pero con las coloridas piedras que van transformando un monte para dar lugar a una nueva moda de construcciones nuevas y modernas, que no son propias como tantas otras cosas de nuestros ancestros los Yaganes, ya desde temprano los jóvenes ingresan en una escuela rodeada por un hermoso basural engarzado con un conjunto de regios neumáticos que agregan al lúgubre paisaje, la tétrica creación del hombre, que en este lugar no tiene su reciclado.
Repentinamente, sin quererlo, frente a mis ojos una construcción de una fabrica reciclada a escuela, como flotando en ese paisaje destruido por la mano del hombre e inundado por la mugre que se acumuló por décadas, gracias a la falta de materia gris de los tantos que pasaron por puestos políticos cobrando su sueldo para seguir manteniendo su entorno pero arruinando el de los demás.
Gomas, agua podrida, veredas rotas, canaletas tapadas, calle sin cordón cuneta, basura y más basura.
El híbrido conjunto de basura comenzó a girar por mi imaginación y pensé por un simple pero sublime instante, que sería si pudiese invertir y girar las agujas de un reloj en sentido antehorario, mi mente se preguntaba: ¿cambiaría algo de este lugar? de pronto cambiando la dirección de mi vista, veo un vehículo rebotando, deteniéndose, arrancando y chocando un conjunto de vehículos como vidas. Las leyes infinitas colapsadas. Las humanas distorsionadas Einstein, Hook, Kepler, Newton, Bohr, Lavoisier vencidos por un conjunto de pensamientos donde la ley de la conservación de la materia: «Nada se crea, nada se pierde; todo se transforma.» , quedó desmantelada, destruida con la teoría del absurdo político que pronunció un discurso con ojos angelicales pero con un corazón entregado al mismo infierno para decir y no hacer nada al transformar lo sublime en : “TODO SE PIERDE Y NADA SE TRANSFORMA EN USHUAIA”.
-¿Cómo puede el hechizo mantener durante tanto tiempo a toda una Nación en semejante posición de humillación, recapacité? ¿Quiénes los manipulan?
Mi razón se detuvo, no puedo explicarlo mejor, quizá se detuvo la fuerza que controla los tiempos. Se paralizó la escena. excepto las escenas de mi imaginación.
Ante tan sobrenatural situación hice lo que probablemente haríamos todos. Mire a mi alrededor. Observé asombrado a la escuela, el supermercado, el shoping fulminados por una mujer de la mitología: “medusa”, el semáforo en un rojo indiferente sin ningún apuro, un loco corriendo sin respetarlo fotográficamente suspendido, tratando de avanzar en vano, ya era tarde los gurdarails retorcidos grotescamente por un viento inexistente. Todos transformados en estatuas de sal, mirábamos impertérritos la escena de una accidente más de los tantos. Evalué la situación. Me pregunté :¿puede cambiar algo en Ushuaia?, vuelve la respuesta grotesca como política de siempre: “TODO SE PIERDE Y NADA SE TRANSFORMA EN USHUAIA” y agregué mientras repitamos a los mismos en sus puestos políticos, a los mismos de siempre, los de la buena voluntad, oratoria, pero en definitiva los de la inacción que todos padecemos.
Estoy divagando, me quede impertérrito, no dormí y estas son las consecuencias. Y dije:
Que peligro dejarme llevar y no pensar en lo que hago .Que ineptitud. Menos mal que me di cuenta. Tengo que despertar ya mismo de este cuadro caótico.
Federico Antonio Mustapic