FELIZ DÍA DEL TRABAJADOR
Hay días como el de mañana, 1 de Mayo, en los cuales tenemos fiaca y no queremos trabajar, porque es nuestro gran día.
Merecemos descansar, pero laburamos en una de los tantos lugares que nos necesitan trabajando.
No somos empleados VIP, ejecutivos que los Sábados o Domingos se dan el lujo de quedarse en casa. Tampoco somos de los que trabajan menos de 7 horas y gana más que cualquiera por la misma cantidad de horas trabajadas.
Somos aquellos que tienen un gremio ausente, nuestro gremio es aquel que te dice: “si no te gusta detrás de vos, hay cincuenta que quieren trabajar”, nuestro gremio no quema gomas para pedir aumentos o pagos. Nuestro gremio no conoce la realidad en la cual esta inmerso nuestro hogar. Nuestro gremio ya acordó y nos vendió.
Somos de aquellos abandonados que casi no pueden subsistir, pertenecemos a un gremio de aquellos que no tienen peso, es el sindicato que más relegado mantiene los sueldos de sus afiliados. Los aumentos se malogran de tal modo que cuando los trabajadores lo reciben, la inflación se los comió y más. Gracias a este gremio nosotros nos tomamos las vacaciones cada tanto con nuestras familias, porque la temporada alta es cuando todos se van de vacaciones, pero nuestro gremio pertenece a otro planeta, no es de acá, porque no siente ni ve nada.
No pertenecemos a ese grupo selecto de personas que oprimen una tecla en una computadora y automáticamente por nuestra decisión los impuestos o servicios suben un 50 %, o los precios en un 300 por ciento y los sueldos caen un 500%.
No, no somos de aquellos zánganos que chupan la miel de la colmena de unas pocas obreras, a punto de languidecer, porque la reina ya no produce abejas obreras. No, en nuestra nación, la colmena, tiene una reina llamada política, solo produce zánganos que viven de arriba y venden nuestra colmena al mejor postor.
Son días como hoy en los que nos movemos bajo la concepción cristiana del trabajo: ganarás el pan con el sudor de tu frente. Y sí, la verdad, parece como si todo fuese un escarmiento, cuando lo pensamos, pero no lo tomamos así, porque sería nuestra labor una tortura.
Es nuestro gran día y cada día lo sentimos y vivimos así.
Nos cuesta decirlo pero, para darnos ánimo, nos alentamos y proclamamos que: “hoy empiezan los mejores días laborables de nuestras vidas”.
Menos mal que no nos creemos todos los nubarrones que se nos cruzan por nuestra mente, pensamientos delirantes, recurrentes, preguntándonos: ¿en que se nos fue la vida?
Gracias a Dios que no acabamos doblegándonos a la pereza. Al fin y al cabo nuestro trabajo, aporta más cosas buenas que malas. Si logramos tener el trabajo que tanto soñamos, nuestro día de suerte. Y si a esto le sumamos que trabajamos en lo que nos gusta, nuestra molestia se transforma en una satisfacción.
Trabajamos, para cubrir nuestras necesidades económicas las cuales directamente involucran a nuestras familias y a nuestras necesidades afectivas.
También cuando laburamos, como en cualquier otro ámbito de la vida, para nosotros es muy importante tener en cuenta nuestros aspectos psicológicos, espirituales, afectivos en nuestro espacio tanto laboral, como familiar.
Nos gustaría compartirles que las conspiraciones afectivas inconscientes, suelen ser junto con la intolerancia al éxito, las causas más frecuentes que perturban nuestro desarrollo y el buen ambiente, como entorno laboral.
Nuestros sentimientos como afectos, tanto en nuestra vida de trabajo como en lo personal, en ocasiones, interrumpen toda relación con nuestro entorno y hay veces que no podemos diferenciar el límite del hasta donde se mete, el como nos afecta en o fuera, del recinto en el cual en ese momento nos encontramos, es que en definitiva en un mundo materialista, el trabajo lo es casi todo. Sin él, no pagamos, no comemos, no vivimos… no….nos resistimos a creer que es nuestro dios. Solo es el medio que usamos para lograr nuestro objetivo: “EL BIENESTAR DE NUESTRO HOGAR”, “¿ESTA MAL PENSAR ASÍ?”.
Hay frases que son como un karma para nuestra gran familia de trabajadores de la cual somos parte y tal vez nos identifiquemos con: “nos va mal en el trabajo”, “tenemos un jefe dictador”, “tenemos compañeros trepadores”, … “nos hicieron la cama”, y tantas más. En realidad lo que hay detrás de todo esto en numerosas ocasiones son emociones.
La mayoría de nuestros afectos son innegables y se manifiestan, pero no todos somos o tenemos: celos, envidias, rencores, odio, amor, deseo, etc.- algunos se ven o revelan de manera consciente, pero muchas veces, los mismos se muestran bajo un manto de equivocaciones donde hacemos fracasar a nuestro compa, buscamos errores en ellos para llevarlos a cuestionar la efectividad de sus trabajos… Todo son pifias, tras pifias que a la larga deterioran nuestro trato en lo comunicativo.
Nos cuesta reconocer nuestros defectos.
Nunca debemos olvidar, las experiencias positivas del pasado, lo bueno que fue extirpar una molestia, una piedra con la vesícula, una astilla del ojo. Es el CIRUJANO MAYOR que lo elimina todo, al principio duele, pero luego el dolor pasa y al final nos sentimos felices.
Cuando hay un aumento en nuestros salarios, muchas veces los delegados nos mienten, nos llevan excusas, que son parte de una gran mentira encubierta.
Si algo nos molesta de la otra persona, es por algo que vemos, que tiene que ver con nuestro pasado reflejado en la vida de los demás. Nos irrita que sea mentirosa/o y trate de aprovecharse pensando que es más inteligente o más rápida/o que nosotros
Cuantas veces trasladamos o cargamos con nuestros problemas, temores sobre otras personas. De esta forma nos cuesta trabajar en equipo con otro compa, pues en el fondo estamos mal.
Ahora seguramente y después de tantos conflictos en general, no nos gusta responsabilizar a nadie, sea de nuestros éxitos y menos de nuestros fracasos.
En la vida y en todas las circunstancias, debemos ser responsables de nuestros actos.
Si somos abogados, deberíamos ser responsables de aplicar con moral lo estudiado en la carrera de abogacía, pero a la vez somos culpables que la justicia cada vez sea más injusta, por no actuar de oficio ante hechos aberrantes.
Si el Poder Judicial fuese más justo, nuestro país, no estaría en la lona, como hoy lo vemos, porque hay cada vez más pobres o patriotas político-dependientes de las limosnas de los punteros o ahora de un gremio politizado, que lastima por no tener amor propio.
Muchos sindicalistas deberían conocer un poco, porque hoy es 1 de Mayo. Luego de divagar tanto pensamos que si tenemos éxito en lo que hacemos, lo hemos conseguido con nuestra voluntad, con nuestro trabajo, con nuestra participación, pero esto que parece fácil de aceptar cuando va bien, a la vez nos resulta muy difícil de aceptar cuando nos va mal.
Deberíamos ser responsables de todo aquello mal hecho, no culpar a la sociedad, o a nuestros padres o compañeros de trabajo, etc..
Nuestra es la responsabilidad de levantar nuestro país con nuestro trabajo
FELIZ DÍA DEL TRABAJADOR
Mustapic Federico Antonio .