MENSAJE DE UNA ABUELA PARA AQUELLOS QUE LA MAL TRATARON Y HAN PERDIDO EL RUMBO
Creímos oportuno en este tiempo de reflexión, en víspera de una semana cargada de emociones, tocar un tópico muy diluido por las grandes noticias de la economía y demás yerbas argentinas, cargadas de sensacionalismo e investigación para desenmascarar algún chanchullo.
En pocas palabras, cuando somos asaltados en realidad, los ladrones no son ladrones son señores banqueros que toman nuestro dinero y lo guardan en bóvedas para transformar el trabajo en algo dinámico, porque cuando usted es asaltado en realidad está contribuyendo con la economía nacional, redistribuye su esfuerzo y sacrificio para que usted no lo gaste, generándose así un circulo virtuoso en el cual usted participa, para ayudar a los demás.
Pero claro lo interesante de esta realidad y se da la casualidad que el político corrupto en general casi nunca es asaltado: ¿no será que no trabaja? y que el dinero que tiene en realidad, ¿No es de un trabajo? ¿Será por ello que nunca lo asaltan? Porque entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera. O dicho en un idioma más claro: no se puede robar al que roba porque no hay variación en la matriz económica, ¿mas claridad? Lo que entra en un tubo sale por el mismo. El dinero mal habido no genera trabajo, genera más inseguridad, corrupción, etc.
Se debe inyectar dinero fresco, fruto de la labor diaria, para que el aparato productivo de una nación vuelva al cause de la fabricación y a la cultura del trabajo.
Esta pequeña introducción con referencia a la inseguridad tiene su raíz en el robo permanente en la que la sociedad toda, sufre dolores de parto, para dar a luz la auténtica y verdadera seguridad.
Todas las semanas leemos de asaltos, atracos pero lo más doloroso es que se le roba a los abuelos, a los trabajadores, a gente humilde que cree en un modelo y proyecto de país.
La semana que pasó nos desayunábamos con la noticia que una abuela había sido agredida y maltratada por sus asaltantes para quitarle el dinero que ahorró por años, para viajar.
Como no lo utilizó en un plazo razonable, alguien del entorno íntimo dio la información y la atracaron.
Pero ante este hecho recapacitamos y sacamos algo hermoso de su vida y es su mensaje que deseábamos compartir con nuestros jóvenes lectores y aquellos que desean un mejor país.
“Vengo de familia docente. Mi madre era maestra particular, además de enseñar en las escuelas, ya que era un sueldo de hambre el que tenía. Así crecí, con la cultura del trabajo en mi sangre, y así continué toda mi vida. Yo me levantaba a las siete y media de la mañana y trabajaba hasta las diez de la noche, hora en la que recién me sentaba a comer con mi querida prima, con la que siempre ahorramos, de a poquito, pero siempre ahorramos. Y cuando recuerdo esa vida que llevé, me duele y me da pena por Argentina, por la Patria que amo, ya que estos chicos que me asaltaron posiblemente no saben lo que es levantarse a trabajar para ganar el dinero y subsistir gracias al esfuerzo propio. Algunos eligen la mala vida, desconocen el hábito del trabajo a pesar de que muchos de ellos son hijos de padres y abuelos que se han ganado la vida honradamente”, dijo Nélida, UNA ABUELA DOCENTE
Mustapic Federico Antonio
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