MEDIOS QUE INFORMAN, EDUCAN Y ANIMAN : www.periodismovecinal.com - www.soluciones.org.ar

sábado, 20 de octubre de 2007

CUIDADO CON LOS CABALLITOS DE TROYA. ESOS, QUE PARECEN INOCENTES.



¿ESTAMOS PREPARADOS?

JUDAS ERA UN ANGEL COMPARADO CON LOS CANDIDATOS DE LA VIEJA POLÍTICA Y LOS RELACIONADOS SUBLIMINALMENTE CON LOS FUTUROS CANDIDATOS.
CUIDADO ALLÍ VIENEN LOS QUE NECESITAN SUS PROPIAS LEYES PARA EMBROMAR LA VIDA DEL ARGENTINO COMÚN.


Tiemblen, Sócrates, Platón y Robespierre. El Gran Pueblo Argentino se prepara para volver a votar, y ya sabemos de lo que somos capaces los argentinos cada vez que metemos la boleta en el sobre. Nuestra cultura política, comparable a la de cualquier primate silvestre, nos convierte en una especie de asesinos seriales de la historia: con total alevosía entramos al cuarto oscuro, elegimos a la víctima de nuestros futuros insultos sin saber para qué ni porqué la votamos, y nos volvemos a casa con un sellito en el documento y la satisfacción del deber cumplido.
Al poco tiempo, empiezan los dolores de cabeza. Y las protestas. En cualquiera de las innumerables colas que surcan nuestras ciudades a lo ancho y a lo largo, voces muy sueltas de cuerpo pregonan que el intendente tiene la culpa del corralito, el presidente no controla la venta ambulante, los atorrantes del Tribunal de Faltas lo liberaron a Menem, los concejales se robaron todo y arancelaron las universidades y encima culpa de ellos no se hace el juicio a la Corte Suprema. Escuchando estas campanas, uno descubre que Argentina debe ser el único país del mundo donde, por esas cosas de la alquimia política, los colectivos andan mal porque los senadores le hacen la contra al intendente. Y de yapa: “…¿vio, doña? Se pelean por ser gobernadores, presidentes, Intendentes, precandidatos, Concejales, Diputados… Ya ni se que quieren ser, con este lío de las internas abiertas… ahora resulta que los radicales van a votar a los peronistas, yo ya no entiendo nada, que quiere que le diga… má, si, cuando me toque agarro la primera boletita que vea y la meto en el sobre, total, para lo que sirve… son todos la misma m…”



Hace unos días vi en la televisión una encuesta callejera hecha en la ciudad de Córdoba en la que le preguntaron a unas cuantas personas cuál era la diferencia entre un concejal y un senador. Nadie supo contestar, pero eso sí, nadie se quedó callado. Y hubo respuestas de antología. Pero no me dio el cuero para reírme, porque el problema es muy serio. Semejante ignorancia es un lujo muy, muy caro, que no nos podemos dar.

Hoy más que nunca tenemos la obligación de informarnos, de aprender lo que no sabemos, de prestar atención cuando los periodistas serios hacen docencia. No podemos seguir votando a ciegas, como si ese papel lleno de nombres desconocidos fuera un billete de lotería. El resultado final de una elección lo decidimos entre todos, no sale de un bolillero como los números de la quiniela. Gana el que tiene más votos. Y como están las cosas, el voto porque sí, o por obligación, o por descarte, es casi un acto criminal contra la patria y contra nosotros mismos.
Para poder controlar a los concejales, al intendente o al gobernador primero hay que saber de donde vienen, quienes son, que hicieron antes, para que cargo se postulan, que función deben cumplir en ese cargo y cual es su jurisdicción. Y aunque no hilemos tan fino, como mínimo debemos conocer las diferencias entre nación, provincia y municipio, y sus respectivos cuerpos legislativos.

Si usted tuvo la suerte de aprenderlo en la escuela y no se acuerda, vaya a una biblioteca, pida un libro de Instrucción Cívica (o como se llame ahora) y recupere la memoria. Y si no lo aprendió, no se escude en excusas como “no tengo tiempo”, “ya estoy viejo”, o “tengo muchos problemas”. Además de ser personas y de tener problemas personales, usted y yo también somos ciudadanos. Y, como ciudadanos responsables, tenemos el deber de mantenernos informados sobre nuestros derechos, nuestras obligaciones y todo aquello que nos ayude a construir una verdadera democracia.

Que Dios nos ilumine y la próxima elección no se convierta en un suicidio colectivo, ni una rifa de kermese. El país, usted y yo nos merecemos otra oportunidad.

No hay comentarios.: