En el día del Apicultor en la Argentina. Recordé que en la colmena se hechará a la abeja reina el 2011.
En el día del apicultor recuerdo lo que se vendrá el año que viene para la nación Argentina y hoy me remitiré a una copia de modelos y lo que puede pasar en una provincia de esta nación.
Los que no votan, o votan mal, o sea los que se preocupan solo por sus intereses, permiten la reproducción de un Gobierno y Legislatura capturado por razones personales, con pocos legisladores libres para buscar honestamente cómo defender el interés público.
Apenas a un año, el día de la elección para los Fueguinos se acerca.
Apenas y tal vez menos de las dos terceras partes de los habitantes fueguinos, va a votar por alguien. No exagero, en las elecciones a Legislatura del 2011 sólo votarán válidamente entre 6,8 a 7,5 de cada 10 fueguinos aptos para hacerlo. Apenas una ¾ partes del total.
Pero todo puede empeorar, según lo dicta la única ley que siempre se aplica infaliblemente en esta provincia, la de Murphy. El año que viene puede haber más votos nulos. La reforma política inauguró procedimientos complicados, renombrados con una jerga incomprensible, que solo favorecerá a los partidos tradicionales, a menos que el pueblo rompa la trampa maquiavélica digitada por el gobierno central de Buenos Aires.
Entre los que votan, una proporción –aún no descifrada, pero con toda seguridad bastante grande – no lo hace libremente. Cambia el voto por plata, por ayuda social, cupo escolar, chapa, asado, cuenta gratis en vaya uno a saber de que o en que cosa. O, más triste aun. Va a la urna por obligación porque el Intendente o Gobernador con su sequito, le dijo que perdería el puesto, o porque el puntero le dijo que votara por el que quisiera, pero eso sí, por ninguno que fuera muy antiliberal, o porque el aparato le hizo saber cuáles eran sus candidatos.
Entonces, siendo generosos, cuatro de cada diez fueguinos eligen el gobierno y sus anexos democráticamente. En ese Poder Legislativo y Ejecutivo, obviamente, van a pesar los intereses de los que más dinero ofrecieron o los que más intimidaron. ¿Será una legislatura fácil de manipular por el Ejecutivo?. Para algunos, serán un par de alegrías, para satisfacer sus mezquinos objetivos y ¡KABUM! harán lo que digan los MESÍAS POLÍTICOS. Así funcionó gran parte de la legislatura en otra épocas y a un año terminará su período. Algunos de los legisladores intentará engañar a los vecinos desconocedores de sus prontuarios, estos buscará repetir o abrirán alas a nuevos horizontes de escalafones políticos, claro no pensando en el pueblo, pero sí llorando o bailando con el pueblo, para tratar de convencerlos como sea y repitiendo la frase: SÍGANME NO LOS VOY A DEFRAUDAR.
¿Culpa de quién? De los zánganos de ambas partes. Son los que no van o van a las urnas con su bien sazonado discurso: “ de falta de fe en la política”. No creen en ella porque no es de ellos, y no es de ellos porque les da demasiada pereza elegir para votar el domingo. Si votaran el 15% restante de fueguinos con convencimiento, 8 de cada 10, o qué tal nueve de cada 10, ¿quién saldría elegido? No sé, pero, con seguridad, no podrían imponer su voluntad unos cuantos caciques de antes, y unos cuantos CAPITALÍSTAS de hoy con sus millones. Es imposible comprarse o doblegar a 95000 fueguinos electores.
No obstante, la mayoría de esos FUEGUINOS QUE NO PIENSAN AL VOTAR, se autodestruyen y cierran sus propias posibilidades de progreso como las de los demás.
Son los zánganos que, como en la colmena, sólo llegan a la hora de la fiesta con la abeja reina, la democracia productiva. Son los mismos que no pagan las cuotas correspondientes a la moral, evaden al máximo LAS DECLARACIONES JURADAS, piden DE TODO, QUE LOS ENTENDAMOS, DICEN O PROMETEN QUE NO NOS VAN A DEFRAUDAR.
Son los verdaderos y auténticos enemigos del pueblo, cuando compran LOS VOTOS. ¡Total! Saben que hay unas “obreras” que construyen los panales, limpian y mantienen la colmena, crían a las larvas, montan guardia y recolectan el néctar y el polen.
Mientras los otros votan, trabajan, declaran sus ingresos, estudian, se echan LA ISLA al hombro, los zánganos van en coche, sin preguntarse: ¿por qué no ayudé a elegir bien? ¿Porqué debo ayudar a los que no les debo nada, ahora que estoy en el poder? .
Por eso tendremos por cuatro años otro panorama de una abeja reina (aunque éstas son más modestas que los funcionarios de turno porque sólo viven cuatro años, alimentadas con jalea real, y no con polen, como el resto de los habitantes de la colmena. Y los zánganos, que no recolectan néctar, ni polen, ni nada, les ayudan cada elección a reproducirse. Federico Antonio Mustapic
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