CRECER A PESAR DEL LÍMITE QUE SE NOS IMPONE

Estar en el momento oportuno, no es nada fácil y más cuando el tiempo no alcanza.
La sociedad y sus inventores, por medio de la creación electrodomésticos en general tiende a simplificar la tarea nuestra de cada día.
Buscamos tener un lavarropas, la multiprocesadora, el lavavajillas,… y así podríamos estar varios minutos enumerando cada artículo y sus beneficios para mejorar nuestra comodidad hogareña.
Buscamos la rapidez de las comunicaciones, no soportamos la velocidad en los servicios de Internet cuando vuelven a la rapidez de la época de los módems con el marcado del dial-up.
En pocas palabras el tiempo junto a la salud, son algunos de los parámetros más importantes en nuestra vida. Tal vez más importante que el dinero u otro componente que la vida nos ofrece.
Para que sirve las vacaciones si no disponemos del tiempo o la salud para disfrutar de las mismas.
Y así sucede con muchos hechos en nuestro diario vivir. Vemos que poco a poco la política va cercenando dichos beneficios. Los mismos se pierden porque la forma que se nos propone para solucionar problemas es con una suerte de participación, cuando la realidad nos demuestra que no disponemos de los recursos para dedicarnos a trabajar en el arte de gobernar a los vecinos.
Queremos transformar nuestra comunidad, provincia o nación para mejorar nuestro standard de vida y chocamos con muchos imposibles para lograrlo.
Los jóvenes han perdido la iniciativa para luchar, le han despojado de la educación para evitar que se empapen de los vericuetos de las leyes, con el propósito de saber como peticionar a sus autoridades para mejorar su vida.
Pero volviendo a la primera oración todo depende del momento oportuno para lograr el cambio en lo que deseemos.
Todos quisieran tener la oportunidad de ser el dueño de algunas de las empresas de renombre internacional, para ser exitosos en la vida debemos comprender que en definitiva depende de nosotros como individuos para lograr dicho sueño. Es la nación la que hace la diferencia, son sus leyes, su economía, su educación, pero incuestionablemente es la idiosincrasia lo que marca el destino de su sociedad. Para lograr un crecimiento permanente, armónico, dinámico la naturaleza se vale de ciertos recursos para lograrlo o plasmarlo en el reino vegetal o animal. Si por un instante faltaran algunos de los componentes si nos remitimos a las plantas, nos encontraríamos rodeados por un sinnúmero de Bonsái.
Lo que debería ser un Cedro con características de un tamaño considerable lo encontramos reducido a un pequeño árbol sobre una bandeja. En definitiva nuestro crecimiento dependerá de nuestras raíces y donde las mismas se han arraigado, de la poda a la cual nos han sometido, la alimentación y tantos otros elementos que permiten llegar a la madurez de un ser humano. La razón para lograr nuestro objetivo también depende de otro elemento que no siempre se tiene en cuenta y que es el potencial interior, del cual disponemos y hace la diferencia en igualdad de condiciones.
Mustapic Federico antonio