Podemos cambiar nuestra conducta, moda...
Mientras trabajo como conserje en una hostería de la ciudad de Ushuaia, observo la conducta de vecinos, pasajeros que diariamente nos visitan.
Gano un sueldo que ni siquiera se aproxima a la canasta básica familiar. O sea soy a mucha honra uno de los tantos pobres que vivimos en la Argentina con unos magros sueldos, que no cubren las expectativas salariales, en función de las múltiples tareas, que la inmensa mayoría de los empleados gastronómicos llevamos a cabo en cualquier establecimiento de Latinoamérica.
Hoy como uno de los tantos días estando en mi puesto de trabajo tengo la advertencia, como observación de una compañera de trabajo sobre la conducta inapropiada de un vecino. Dejó su basura en el recipiente perteneciente a la hostería para la cual yo trabajo.
Acto seguido procedo a acercarme y decirle que no es un tacho público, tiene dueño. Renglón seguido me contesta: “ES ALGO CIRCUNSTANCIAL”, no lo agredí, no lo insulte, ni lo mire despreciativamente por su conducta, solo fije mis ojos sobre su humanidad y le dije: “si yo fuera a tu casa y tirara mi basura en tu tacho, ¿sería de tu agrado?, a lo que me respondió: NO.
De este pequeño, absurdo episodio, me dio pie para repasar un sinnúmero de conductas inapropiadas de todos nosotros.
Llevamos a nuestro perro a pasear y en el hermoso césped que con tanto cariño nuestro vecino cuido, autorizamos a nuestro precioso animal que haga una animalada sobre la propiedad ajena.
Salvando grandes distancias percibo que la conducta del animal es semejante a lo nuestra, somos permisivos porque aquellos que deberían corregir, guiar nuestra conducta con su ejemplo, contribuyen con su proceder o inconducta al mantenimiento de este tipo de procedimiento herrado.
Por ejemplo estamos en una crisis económica y los primeros que no comparten dicha realidad, son los que la anuncian, pero contrariamente a lo esperado despilfarran los fondos de una nación, aumentándose dietas, viáticos claro por causa de la inflación que ellos mismos generaron con sus políticas erráticas, divagantes…total es algo circunstancial…
Otras veces sucede que tenemos diabetes pero consumimos azúcar, tenemos presión alta pero comemos comidas saladas, tenemos problemas cardíacos pero hacemos sobreesfuerzos y así es todo nuestro proceder, forzamos las cosas. Nos comportamos ilógicamente, insensiblemente, irrazonablemente…circunstancialmente…
Todo se ha vuelto algo circunstancial, para luego dar paso a lo definitivo. Es que nuestra conducta enfermiza transformo lo circunstancial, en definitivo y allí sí ya estamos en el horno.
No digo que sea tarde para cambiar, pero sí que con esta actitud nos costará el doble corregir nuestro reflejo condicionado. Será difícil cambiar el horario de la comida, pasear al perro con la bolsita para recolectar los productos de su digestión.
Mas difícil será abandonar una droga, una actitud encarnada.
¿Cómo podemos cambiar eso de algo circunstancial?. Preguntándonos, focalizando, cambiando la imagen, rompiendo lo inercial de nuestro comportamiento.
Pero definitivamente para cambiar debemos romper con los lazos que nos atan al : “SI TODO EL MUNDO LO HACE O QUE ES UNA MODA” ¡¡POR FAVOR!!.
Si todo fuera un tema deee… que: ¡es moda!, podemos esperar una eternidad para comportarnos correctamente, es lo más difícil, pero no imposible.
Nuestra imagen, debe cambiar. Nuestra visión, sobre nuestra persona debe motivarnos a movernos conforme a un profundo respeto por el prójimo. Porque haciendo esto, nosotros en primer lugar seremos los favorecidos por causa del cambio de actitud espiritual, la cual esta íntimamente relacionada con la moral.
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