LOS ERRORES DEL PASADO NOS INSTRUYEN PARA SOCORRER A LOS DEMÁS
Existen plantas, como el pino carrasco (Pinus halepensis) y la jara
blanca (Cistus albidus), que protegen sus semillas con cubiertas duras
las cuales solo se abren cuando el fuego paso por encima
de ellas en un incendio forestal, de tal manera que aunque la planta
muera, su descendencia tiene posibilidades de garantizar la continuidad
de la especie.
En mi adolescencia viví momentos de muchas emociones.
Jamás
olvidaré el día donde estaba experimentando el desarrollo de un motor
cohete para un proyecto que teníamos ideado en la escuela a la cual
concurría.
Hice varios experimentos y de todo tipo. Pero como
Werner Von Braun me apasionaba poner un hombre en la luna, obviamente
no lo hice, pero ese día había empezado.
En
realidad nada es fácil en la vida, máxime cuando uno tiene esos sueños
difíciles de concretar por causa de su economía o el país donde
reside.
Todas estas imágenes, no obstante me animaron. En
concreto un día trabajando con el proyecto en el laboratorio, parecía
que todo saldría bien, tome los componentes comencé a mezclarlos y en
uno de los procesos apareció un grumo el cual por nada del mundo quería
deshacerse, entonces ¿que hice?, tomé el pilón y trate de
desmenuzarlo en el mortero para lograr un compuesto homogéneo y que al
introducirlo en el cuerpo del motor cohete, no fuese la razón de una
detonación o de una mala combustión.
¡Cual sería mi sorpresa!,
la compresión de dicho grumo seguido de una fricción provoco un
incendio que afectó a toda la mesa donde estaban las diversas fórmulas o
componentes. Sucedió una reacción en cadena donde balanzas analíticas,
estaban en peligro de prenderse fuego. Por lo tanto no se me ocurrió
mejor idea que poner mi mano sobre el fuego para tratar de ahogarlo en
ese momento de desesperación, olvidándome que el mismo tenía su propio
oxigeno para arder.
Fue una desgracia con suerte, porque
pensándolo bien pudo haber sido peor, con alguna explosión de por
medio, o que el incendio hubiese tomado todo mi cuerpo.
Nada
de eso pasó pero sí mi mano izquierda quedó inutilizada, tuve que ir a
una sala de primeros auxilios para que me hicieran las curaciones del
caso.
Tenía un terrible chupete en mi mano me sentía un inútil.
De todo este accidente había aprendido algo muy importante. Mantener la
calma en un momento de máxima tensión.
Volviendo al primer
párrafo de un pequeño aporte para ayudarnos o motivarnos, la conclusión
es la siguiente: al ser humano le suceden cosas todos los días. Pero
en cada proceso o prueba es bueno entender o comprender que todo obra
para bien y es necesario no digo pasar por un fuego, aunque las pruebas
de la vida son como el mismo para ser forjados.
Somos
una semilla que tiene que transitar por una experiencia algunas veces
dolorosa, extrema, para aprender de la misma, en definitiva sacar de
esta lección lo mejor que hay en nosotros.
Lo más importante es
que a primera vista parece que todo se destruye, pero muy por el
contrario es una instrucción necesaria, nuestro ser interior lo
necesita para germinar y liberar así todo el potencial que en nuestro
interior existe y reproducir experiencias fantásticas, algunas
sobrenaturales.
Mustapic Federico Antonio
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