A CASI UN AÑO DEL TERREMOTO DE HAITÍ. LA TIERRA CLAMA POR LA SANGRE DE LOS INOCENTES

Luego del terremoto, del dolor de Haití. Y la soledad de los más de dos millones de niños Haitianos. No tengo otra frase o pensamiento que el de bronca, por causa de la impotencia y abandono de mis hermanitos latinos a la suerte heredada por causa de la corrupción sistemática enquistada en los gobiernos de los países latinoamericanos.
Seguramente no son todos pero son la inmensa mayoría.
Yo no sé si Haití es o no uno de los países más corruptos con Venezuela de Latinoamérica.
Pero al ver el precio que decenas de miles pagaron con sus vidas, por esta triste realidad llamada corrupción, no me queda otra expresión que el decir a los corruptos: “Que hijos de las tinieblas”.
No insulto a las madres que le han dado la vida, ganas no me faltaría.
Pero los sucesivos gobiernos que America Latina padece, son producto de aquellos que hoy día salen a ayudar para ocultar lo que ellos mismos han sembrado, para mantener a un país ahorcado por causa de la podredumbre gubernamental.
Muchos intereses de potencias extranjeras han sembrado poco a poco este desastre cultural, los edificios no se vinieron abajo por causa de un terremoto de terribles proporciones, han caído por causa de la corrupción.
Las malas construcciones son producto de malos materiales, pobres en fortaleza, inexistencia del control o supervisión en las diversas etapas o fases de las mismas.
Familias enteras están enterradas porque todo o casi todo se hizo mal.
Muchos murieron porque creyeron que el lugar donde residían era seguro, pero la realidad es que fue mal edificado, diseñado. Se mezquinaron materiales en la construcción de muchos barrios, hospitales.
Haití ya es una advertencia, nadie se imaginó algo así.
Las muertes por el Tsunami en el año 2006 fue un accidente por el desconocimiento del evento y de tal posibilidad.
Pero las muertes de Haití han sido como consecuencia al Tsunami de la corrupción latina, la cual a los vecinos humildes, nos tienen sumidos los políticos de turno.
Es tiempo que nos despertemos.
Debemos recuperar la moral, la dignidad.
Cuando nos ofrezcan dinero sucio para construir mal, digámosle a tal corrompedor que se lo guarde donde a su cuerpo no le da el sol.
Es tiempo que todo los vecinos nos levantemos a una vos y exijamos justicia, frente a los actos y consecuencias de la corrupción.
Es tiempo de unirnos.
En momento así recuerdo el cacerolazo en la Argentina, este evento sucedió porque el gobierno de turno con la complicidad de la justicia le hurtaba el ahorro a los abuelos, enfermos a los más humildes para salvar a los bancos que ocultaron su vaciamiento sistemático de las arcas públicas, por causa de la especulación. Cuando el pueblo se dio cuenta, dijo: “Basta” y nada hay peor que cuando el pueblo se une, porque todos somos pueblos, para sacar del poder a los corruptos e inútiles.
Es tiempo de dejar la pereza de lado y trabajar unidos con un propósito de bienestar por nuestros seres queridos, nuestros vecinos, nuestra nación.
Pero a la vez denunciemos a los corruptos.
Somos más los decentes, aquellos que no vendemos el alma, la moral o convicciones patrióticas por treinta monedas de plata.
Mustapic Federico Antonio