DOS FRENTES DE BATALLA SE UNIERON EN LA ARGENTINA EN EL MES DE ABRIL DEL 2013
Pasarán los años para los argentinos, pero la pascua de resurrección se encontrará con dos frentes de batallas uno entre la eternidad y el tiempo que vivimos, para liberar a toda la humanidad de la tirana muerte. Y el otro será aquel que acaeció en las frías latitudes de varias islas del Atlántico Sur hace más de dos decenas de años, aunque pareció ayer.
Parece paradójico pero en un campo de batalla siempre se repite el modelo de lucha por lo que creemos, lo que nos pertenece, morimos por un ideal, entregamos la vida por causa de nuestros principios y tantas otras cosas.
Pero la pascua es otra cosa, es recordar el momento donde el Universo todo, se detuvo, para observar hasta que punto somos capaces de comprender lo que significó una muerte injusta, para justificar la vida de un desertor, el ser humano.
Y uniendo la pascua, con la lucha por nuestra soberanía, creí oportuno compartir un pequeño pensamiento que renglones abajo transcribo con una carta de un soldado que murió en las MALVINAS ARGENTINAS, que se conjuga con el clamor de nuestro DIOS hecho carne al decir a su PADRE: “DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿PORQUE ME HAS DESAMPARADO?” , antes de entregar su vida por AMOR A NOSOTROS.
Cuando veo el pasado y recuerdo la sangre derramada en un campo de batalla por mis hermanos que esperaron la comida que nunca les llego, el calor de su hogar con el cual jamás se reencontraron.
Recordé este simple pedazo de historia. Solo ante vos querido hermano, con dolor inclino mi cabeza. Porque vos juraste con gloria morir y con gloria moriste.mientras otros te negaron lo más preciado. Vivir con dignidad.
(Hace muchos años en una situación semejante a la guerra de Las Malvinas se encontró una carta en un campo de batalla dentro del bolsillo de la chaqueta de un soldado; su cuerpo fue encontrado completamente destrozado causado por una granada.)
"Escúchame, Señor, yo nunca he hablado contigo, hoy quiero saludarte. ¿Cómo estás? Tú sabes, siempre me decían que no existías y yo siendo un tonto creí que era verdad. Yo nunca había mirado Tu gran obra, anoche desde el cráter que hizo una granada vi Tu cielo estrellado y comprendí que había sido engañado. Ahora mis ojos fueron abiertos y mi corazón se abrió para recibirte Jesucristo en mi corazón como el Salvador de mi alma. Yo no sé si Tú, Dios, estrecharás mi mano, pero voy a explicarte y me comprenderás... Es bien curioso, en este horrible infierno he encontrado la luz para mirar Tu faz. Después de esto tengo mucho que decirte y no tan sólo de saber que existes. Pasada la medianoche habrá ofensiva, pero no temo. Sé que Tú vigilarás. ¿Oyes ya la señal? Bueno mi Dios, ya debo irme, me encariñé Contigo. Aún quería decirte que como sabes, habrá lucha cruenta y quizás esta noche llamaré a Tu puerta. Aunque nunca antes fuimos amigos, ahora sé que me dejarás entrar en Tu reino porque he aceptado la obra de Tu Hijo Sagrado al morir por mis pecados. Pero si estoy llorando. Ya ves, Dios mío, se me ocurre que ya no soy impío. Bueno, mi Dios, debo irme. Es raro, pero hoy ya no temo a la muerte."
Realmento no sé donde se encontró esta carta, pero si sé una cosa, la batalla eterna en el cuerpo sacrificado del soldado muerto, tuvo un final visctorioso para toda la eternidad.
Mustapic Federico Antonio
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