ESTO PASA ACÁ TAMBIÉN, EN USHUAIA.

Tal vez no sea el caso de nuestra ciudad pero existe una gran semejanza salvando grandes distancias lo que Hernán comenta y lo que acontece entre nosotros .

Refugios hechos pedazos, colectivos que avanzan con la puerta trasera abierta, con horarios ajustados, con sus burletes destruidos en la puerta trasera, lo que genera un chiflete calador, con su frió, hasta los huesos, o no llegan, después colas interminables, servicio y comodidades deficiente, de la calefacción mejor ni hablar, bueno casi todo semejante a los pauperimos servicios de trenes en el Norte Argentino ¿verdad?, pero no todo lo parecido es equivalente.
Con tal escenario planteado, ¿Que se puede hacer?.
Todos padecemos porque no conocemos cuales son realmente nuestros derechos.
Allí esta el meollo exactamente, el desconocimiento y esa es la razón por la cual necesitamos conocer las ordenanzas, las leyes que nos asisten para que no se abusen de nosotros como sociedad toda.
Imagínese que casi todos los días en más o en menos esperamos un tiempo promedio de unos 15 minutos como mínimo el aparato, ya no se puede decir que es un colectivo porque ya nos transportan como ganado, las sardinas están más cómodas que algunos de nosotros.
Calculando que el peor salario por 6 horas de trabajo es de unos 6 pesos la hora, ya deberíamos viajar gratis, por ser socios vitalicios de la compañía, porque de seguro nuestro tiempo vale mucho más.
Es a consecuencia de estas esperas interminables para tomarnos “EL BONDI” de una empresa que brindaba un servicio público que todos sufrimos, resfrios, molestias, cansancio un rosario de cosas insatisfechas.
Creo firmemente en un cambio pero el mismo debe surgir desde la razón y no desde los políticos de turno por razones obvias, dejaron de pensar y razonar a favor del pueblo.

Hernán nos cuenta su punto de vista y opinión por los inconvenientes que el transporte público de trenes ocasiona al usuario en Bs. As.

Si de algo estoy seguro es de que lo hechos acaecidos esta tarde/noche en constitución fueron "irracionales" si se entiende como irracional cualquier accionar carente de un análisis previo. Pero de ahí a decir que es carente de sentido o que es "inesperado" como dijo al aire el Sr. Biasatti hay un trecho largo. La respuesta violenta de la gente tiene un gran sentido, el de la defensa propia. ¿Es ilógico que alguien, ante una agresión, una ofensa, una afrenta a su dignidad reaccione, como fue en este caso, de manera violenta? Para mi no, claro que mejor sería un ejercito de Gandhis a un solo muchacho tirando una piedra, pero tal elevación espiritual no se le puede pedir a quien trabaja 10 horas y tiene 2 de viaje. No fue este el caso de un desperfecto o un retraso único y contemplado dentro de los imponderables del transporte público. Este fue el típico caso de la gota que rebalsó el vaso. Nunca cumplen con los cronogramas, el servicio es deplorable, la atención al público, paupérrima...¿es tan difícil ver que si se sigue tirando de la soga llega un punto en que esta se corta? Pero lo lamentable, no es esto, sino que encima le echemos la culpa a la "soga" por no aguantar. Pude ver como se llevaban detenidos a personas que habían cometido actos "vandálicos", entre tres o cuatro policías, aprisionados en llaves de lucha, empujados dentro de los celulares. Me gustaría saber si del mismo modo serán tratados y juzgados los verdaderos responsables de esto, los directivos de Metropolitano que usufructúan dinero del erario público en forma de subsidios, que maltratan al usuario, que no cumplen con sus deberes contractuales, etc. Si, la violencia jamás fue o será el camino a nada, pero estemos atentos a ver desde donde se ejerce esa violencia. No me caben dudas que la imagen de un "morochito" con la cara semi tapada y arrojando una piedra podría ser claramente el icono del gesto irracional y violento, pero un Gerente de operaciones o Tránsito de una empresa puede llegar ser mucho más responsable de la explosión que cualquier otro. Me gustaría mucho saber que se va a hacer desde el Estado con esta gente y su accionar empresarial- rapiñero.

Hernán Mallada