PARA EL POLÍTICO TODO LO QUE VIVE EL VECINO ES UNA SENSACIÓN

SÍ, TODO ES UNA SENSACIÓN. UNA SENSACIONAL FARSA DONDE LOS PRIVILEGIADOS NO SON LOS NIÑOS, SON LOS POLÍTICOS QUE CON SUS ONEROSOS SUELDOS FUNDEN, DENIGRAN, DEGRADAN AL MUNICIPIO, HACIENDO LO QUE NO TIENEN QUE HACER.
EN RESUMEN: ¿VIVEN EN USHUAIA?

No exagero si digo que todo aquel que reside en USHUAIA está vivo de milagro. Que para solucionar el problema del agua y su higiene tendría que nacer un nuevo ingeniero y político, de esos tanos, que hace muchos años hicieron la primera pequeña represa para tomar agua del Arroyo Buena Esperanza, esa gente, no corrompida por la política actual.

Según la prensa oficialista municipal o gubernamental, desde siempre se han realizado muchas gestiones, además de inversiones, para que la capital de TDF deje de ser una ciudad insalubre. Pero la realidad es otra. Ushuaia está contaminada y mal.

Los Lomo de Vido, por lo de los adoquines vió, generan natatorios olímpicas de aguas servidas, frente a escuelas.

Que lindo, ¿no?. En el Norte se nos mueren los niños por el Dengue y acá por las contaminaciones ambientales.

¿Cual es la diferencia?, ninguna porque para un político no importa la vida, importa el bolsillo del negocio, la gente, los niños con sus derechos pueden esperar hasta la próxima gestión.

El resultado de ciertas gestiones se ignora o es incierto.

La realidad golpea a la población, y a pesar que el organismo provincial o municipal, asume la gestión y fomento de ciertos servicios de los acueductos, alcantarillado, saneamiento y drenaje pluvial, el 30 por ciento del agua bombeada en los embalses artificiales, o desde el Arroyo Grande, se pierde por el camino a causa del estado catastrófico de las tuberías o el permanente goteo en instituciones públicas de diferentes oficinas con sus respectivos baños. En pocas palabras: el 70 por ciento de la red no importa cual sea la que conduce agua potable o aguas servidas, necesita reparación.

Una red construida para una ciudad de 30000 mil habitantes donde viven hoy más de 60000.

Nos relata la historia que cuando muchos turístas venían le decían a Ushuaia "uno de los rincones más bellos y pintorescos del mundo entero". Que lástima que esa visión está cambiando día a día, gracias a los egoísmos perversos de las conducciones políticas.

Sí, la realidad es otra, hoy no podemos caminar por las calles capitalinas, inundadas de aguas albañales, contemplando a mujeres y niños cargando cubos de agua para el consumo familiar en las zonas altas o, lo que es peor, ver a nuestros pequeños atravesando las calles inundadas de aguas podridas, en muchas ocasiones embarrados porque nadie hace lo que debe hacer.

La situación que afronta esta ciudad, que por sarcasmos del destino fue escogida para celebrar el inicio del nuevo Milenio es caótica.

¿Se usará el dinero de la venta de los terrenos municipales para mejorar el estado paupérrimo de la ciudad? o como el agua, ¿se despilfarrará una vez más como siempre?.

El tiempo demostrará que no estabamos equivocados.

Tanto es así, que en días no tan recientes se ha producido una ya, nada rara proliferación de enfermedades digestivas en nuestra población. Están falleciendo muchas personas por cáncer de todo tipo pero está a la orden del día los canceres que tiene que ver con el aparato digestivo o urinario, y se desconoce el número total de enfermos que lo padece a ciencia cierta.

Algo está pasando en Ushuaia.

Pero, ¿de qué valen tecnologías de detección de contaminación, si la capital sufre un deteriorado saneamiento ambiental de años? ¿Si la calidad del agua que se consume no es buena, y el control en la elaboración y expendio de los alimentos que proporciona el estado municipal no alcanza para conocer a ciencia cierta que calidad de alimentos estamos consumiendo?

Aquí radica la razón de ciertas enfermedades. No es necesario someter a un meticuloso estudio a los fallecidos con el propósito de determinar las causas. Sólo basta con caminar por las calles de Ushuaia para comprenderlo todo. El abandono que sufre “EL FIN DEL MUNDO PRINCIPIO DE TODO”.

Hemos retrocedido, si pudiéramos volver a aquellos años, cuando los primeros pobladores tomaban el agua del arroyo Buena Esperanza.

Ni siquiera filtros tendríamos que comprar o agua mineral que hoy día consumimos en Fábricas, Instituciones o en los domicilios de los vecinos.