Gracias Negra, Gracias a la Vida, que me ha dado tanto...
Haydée Mercedes Sosa nació en San Miguel de Tucumán el 9 de julio de 1935, en un hogar humilde. De esos años viene su apego por las expresiones artísticas populares. Recién salida de la adolescencia, le gustaba bailar y enseñaba danzas folklóricas. También cantaba.
En octubre de 1950, quinceañera, empujada por el entusiasmo de un grupo de amigas inseparables, se animó a participar en un certamen radial organizado por LV12 de Tucumán. Oculta tras el seudónimo de Gladys Osorio, su incipiente calidad como cantante la hizo triunfar en un concurso cuyo premio era un contrato por dos meses de actuación en la emisora.
Una década después, cuando se produjo una suerte de estallido en torno de la música folklórica, meramente consumista, el nombre de Mercedes Sosa ya estaba comprometido con el canto popular como integrante del Movimiento del Nuevo Cancionero, una corriente renovadora del folklore, surgida en la provincia de Mendoza, que proponía dejar de lado las modas pasajeras, para poner el acento en la vida cotidiana del hombre argentino, con sus alegrías y tristezas.
Entre los artistas fundadores y promotores de este movimiento estaban Armando Tejada Gómez, Manuel Oscar Matus y Tito Francia.
Sus aptitudes artísticas y personales sorprendían a un público acostumbrado a otra cosa. Junto con su marido Manuel Oscar Matus, hicieron conciertos en la Universidad. Otros escenarios los empiezan a recibir alentadoramente. Matus editó en un sello independiente el primer disco de Sosa: "Canciones con fundamento".
Por esa opción, la cantante tuvo que trajinar varios años antes de conseguir un reconocimiento como el que obtuvo en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín, en 1965, cuando gracias a la generosidad del cantor Jorge Cafrune, el mundo entero pudo conocer a esta maravillosa cantante argentina y fue la ocasión que marcó el nacimiento de la gran artista popular que siempre mereció ser. Después, fueron sus innegables condiciones las que le permitieron convertirse en la gran figura que hoy aplaude todo el mundo.
También en 1965 intervino en la grabación de "Romance de la muerte de Juan Lavalle", de Ernesto Sábato y Eduardo Falú, cantando "Palomita del valle".
En marzo de 1966, se conoció "Yo no canto por cantar", con una docena de canciones hoy antológicas, entre las que estaban "Canción del derrumbe indio", "Canción para mi América", "Chayita del vidalero", "Los inundados", "Zamba para no morir", "Tonada de Manuel Rodríguez" y "Zamba al zafrero". Tal fue la aceptación de este disco, que apenas siete meses después, en octubre, fue invitada a grabar otro que apareció con el título de "Hermano".
A fines de 1967, "La Negra" hizo conocer "Para cantarle a mi gente", un disco que acumuló un importante caudal de poesía argentina y latinoamericana.
En abril de ese mismo año, había subyugado al público europeo y de los Estados Unidos con exitosas actuaciones en Miami, Lisboa, Porto, Roma, Varsovia, Leningrado, Kislovo, Sochi, Gagri, Bakú y Tiflis. Durante esa gira conoció a Ariel Ramírez quien le propuso, de inmediato, ser la voz de "Mujeres Argentinas", trabajo que recién se concretaría en 1969, luego de la aparición de "Zamba para no morir", una recopilación con los temas de mayor trascendencia grabados hasta ese momento, y "Con sabor a Mercedes Sosa", en el que registró por primera vez "Al jardín de la República".
Cuando le propusieron grabar "Mujeres Argentinas", el país estaba viviendo bajo el peso de un régimen militar y La artista, como muchos argentinos, sufrieron las consecuencias: sus canciones no se podían difundir por Radio Nacional, una emisora gubernamental.
En 1970 participó en el film "El Santo de la Espada", de Leopoldo Torre Nilsson y dio a conocer dos discos importantes en su carrera: "El grito de la tierra" y "Navidad con Mercedes Sosa". En este período grabó, entre otras, "Canción con todos" y "Cuando tenga la tierra", de Ariel Petrocelli y Daniel Toro y la bellísima "La Navidad de Juanito Laguna", del "Cuchi" Leguizamón y Manuel J. Castilla.
En 1971 se conoció "La voz de Mercedes Sosa" y apareció "Homenaje a Violeta Parra", un disco que reúne casi una docena de temas de la gran protagonista del Canto Popular Chileno. Ese año también participó en "Güemes" (La tierra en armas), film dirigido por Leopoldo Torre Nilsson. En un breve, pero significativo papel, encarnó a la heroína altoperuana Juana Azurduy.
En 1972 se editó "Hasta la victoria", un disco lleno de canciones cargadas de contenido social y político. Eran tiempos en que algunos pocos compositores y también cantores como La cantante Sosa no permanecían ajenos al compromiso y la militancia con la que querían colaborar para conseguir un mundo más justo y equitativo. También en ese año le puso su voz a la "Cantata Sudamericana", con música de Ariel Ramírez y letra de Félix Luna.
"Mercedes Sosa" y "Traigo un pueblo en mi voz", aparecieron en 1973, año del convulsionado regreso a la democracia y prólogo de una época difícil y violenta. Sosa continuó en la misma línea que su trabajo anterior y grabó algunos temas con los que encaró la realidad americana.
En 1975 se edita "A que florezca mi pueblo".
En agosto de 1976, un año crucial para la Argentina, se editó "Mercedes Sosa", trabajo en el que rescató poetas argentinos y latinoamericanos como los chilenos Víctor Jara y Pablo Neruda, la peruana Alicia Maguiña y el cubano Ignacio Villa, "Bola de Nieve".
Al año siguiente, en 1977, "La Negra" le rindió un homenaje a uno de los grandes compositores y cantores populares argentinos con "Mercedes Sosa interpreta a Atahualpa Yupanqui". El clima político que vivía el país cada vez se sentía más opresivo.
En 1979, se editó "Serenata para la tierra de uno". Aún en medio de la violencia que sacudía al país, la artista seguía cantándole a la vida. El hostigamiento y el cerco que se fue formando en torno de ella la obligaron a exiliarse. Ese año fue detenida en la ciudad de La Plata junto con todo el público que había ido a verla cantar. Ese mismo año se instaló en París y en 1980 se afincó en Madrid.
En teoría, Sosa podía entrar y salir del país, no tenía causa judicial alguna, pero no podía cantar. Fue un castigo doble: para ella y para todos los argentinos. En un país en que la vida humana no tenía valor alguno, y cientos de ellas se perdían en la oscuridad de las mazmorras, los usurpadores del poder pensaban que la canción con contenido era peligrosa. Por eso había que acallar a los cantores, como una manera de silenciar a la gente...
Fuente:
http://www.mercedessosa.com.ar/
http://es.wikipedia.org/wiki/Mercedes_Sosa
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