EL TAMAÑO NO IMPORTA
No hace mucho tiempo a un vecino en su hogar, le tocaba cambiar un tramo de cables, para poder hacer dicho trabajo era necesario remover los viejos, pero antes de hacerlo se le ocurrió porque no utilizar uno de los conductores como guía y pasacable para instalar los nuevos.
Esta labor normalmente se hace con un ayudante, con el propósito de hacerlo más rápido y efectivo.
Generalmente no debería existir en la normalidad de los casos alguno apuro.
Pero al vecino en cuestión no le tocó estar dentro del porcentaje y probabilidad de los casos sencillos.
Cuando algo sucede y este hecho es contrario a la normalidad nos preguntamos: ¿Qué pasó? El mismo nos explicó que en su casa donde se encuentra la escalera, hace tiempo se colocó una baranda la cual tenía ciertos soportes cuyos tornillos de sujeción se introducían en la pared, para afirmar todo el conjunto.
El problema surgió por consecuencia de uno de los tornillos el cual había perforado el caño, obstruyendo el paso o sección del mismo, impidiendo el normal cambio de los cables.
Así sucede con nuestra vida, todo va bien hasta que un día decidimos cambiar algo de nuestra rutina y es allí donde aparece una imposibilidad.
El secreto es recordar en que momento hicimos algo, lo cual consideramos sin importancia. Seguramente en ese instante nada malo sucedió, hasta que las circunstancias nos indica que es menester cambiar un ingrediente de nuestro entorno, es allí que descubrimos que lo insignificante traba o evita nuestro cambio en la actualidad.
Es la historia del como se adiestra un elefante, casi desde su nacimiento se mantiene atada una pata del paquidermo a una estaca lo suficientemente fuerte con una cadena o soga. Cada vez que el animal quiere huir se tensa la atadura que aprieta la pata hasta que en algunas ocasiones se lastima, produciendole un dolor insoportable. En ese punto se vence su resistencia a querer ser libre o huir, para permanecer marcado en su memoria con un mensaje condicional: “su tamaño o su capacidad no lo librará de su atadura”, en ese punto el elefante es subyugado por su amo.
No hace falta que sea algo grande, solo basta un clavo o tornillo.
Un consejo: siempre demos importancia a lo insignificante, sea nuestra conducta, un saludo, olvidar un regalo o presente en un cumpleaños o aniversario, cualquier cosa por más pequeña que parezca puede ser la razón de un malestar en un futuro próximo. Todo afecta nuestro bienestar o éxito del mañana
Mustapic Federico Antonio
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