UNA PEQUEÑA COSA DESTRUYÓ LA ALEGRÍA DE DECENAS DE HOGARES
El 5 de julio de 2012, el Bureau d'Enquêtes et d'Analyses pour la Sécurité de l'Aviation Civile (BEA, Oficina de Investigación y Análisis para la Seguridad de la Aviación Civil en francés) dio a conocer el informe final del accidente del vuelo 447 de Air France, ocurrido en la costa brasileña.
No entendemos cual es la razón de este informe. Parecería que estuviera fuera de un contexto hasta que llega una explicación que es el final de un vuelo trágico nos remitimos al 1 de Junio de 2006, en dicho fecha, desaparecía la señal del vuelo AF447 y nadie supo a ciencia cierta que había sucedido, hasta que horas más tarde se confirmaba lo peor, otra de las tragedias más absurdas de la aviación civil.
Tuvieron que morir 226 personas por la combinación de dos elementos, una falla humana y la otra: los datos emitidos por los tubos pitot de la aeronave Airbus A330-200.
Los investigadores revelaron que la inadecuada respuesta de los pilotos tanto a la pérdida de los datos de velocidad aérea por la falla que presentaban los tubos pitot por congelamiento de los mismos, como a la subsiguiente desconexión del piloto automático dio como resultado la fatalidad del vuelo AF447 entrando en pérdida aerodinámica.
No son grandes las cosas que destruyen nuestras vidas, son pequeños elementos, los cuales no consideramos importantes, hasta que sucede una fatalidad, enfermedad o problema.
Un tornillo que no se puso, la goma que no se ajustó, no escuchamos una señal sonora, una bacteria o virus que ingresó a nuestro cuerpo, un pensamiento infundado, absurdo y nuestra vida se nos escurrió entre las manos por no ser atentos a las señales de advertencia.
Como Corolario de la Vida: “No esperemos a las señales, algunas veces llegan tarde. Pero por favor prestemos atención a los detalles más insignificantes”
Mustapic Federico Antonio
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