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viernes, 17 de diciembre de 2010

Algunos secretos develados por WikiLeaks: Laboratorios Pfizer: muertes, estafas y acuerdos millonarios

Cuando en 2009 “Pfizer” se unió con “Wyeth”, la compañía se convirtió en el mayor grupo farmacéutico diversificado del mundo capaz de producir vacunas, remedios para humanos y animales y drogas de biotecnología.
La empresa ha recibido diversos galardones a lo largo de su historia, desde premios a sus científicos e investigadores, hasta premios por ser la “Mejor compañía farmacéutica del año” y por su Responsabilidad Social Corporativa. Pfizer es una empresa que realiza varios programas sociales en todo el mundo, incluyendo programas asistenciales en países del tercer mundo – de hecho, en Argentina tiene varios programas de ayuda a la comunidad.
Pero Pfizer, la empresa que llena los botiquines del mundo con Ibupirac, Viagra y Lipitor - entre otros medicamentos - no deja de verse envuelta en juicios por estafas y negligencias que cuestan la vida de adultos y niños de todo el mundo.
Los casos en los que se acusó a Pfizer de delitos y fraudes -como experimentar ilegalmente con drogas con niños africanos - se resolvieron a través del pago de indemnizaciones a las víctimas, sin pena de cárcel para ningún directivo de Pfizer ni inhabilitación para seguir funcionando. Las indemnizaciones, si bien fueron millonarias, no afectaron la rentabilidad del laboratorio. Por el contrario, sus estafas y negligencias les redituaron mucho más dinero del que tuvieron que pagar a sus damnificados.
Nigeria: experimentando con niños
El caso más resonante fue la estafa que Pfizer realizó con niños nigerianos.
En 1996, el laboratorio necesitaba experimentar con niños un antibiótico llamado “Trovan”. Por ese entonces, en Nigeria se había expandido una epidemia de meningitis. Enarbolando la bandera de la solidaridad, Pfizer trasladó un grupo de médicos al Estado nigeriano de Kano para suministrar medicina a los niños enfermos. En esta misión “humanitaria” seleccionaron a 200 niños que tenían meningitis: a 100 de ellos les suministraron el antibiótico que necesitaban probar, a los otros 100 les brindaron un remedio ya probado de otro laboratorio. En la prueba murieron, al menos, 11 niños y otros sufrieron consecuencias graves como ser ceguera parálisis o daño cerebral.
Pfizer se fue de Nigeria sin que nadie se diera cuenta de su experimento. Hasta que el caso salió a la luz y el gobierno de Kano denunció a Pfizer por conspiración criminal y homicidio de víctimas inocentes.
La empresa adujo que el gobierno nigeriano y los padres de los niños habían sido avisados de que se trataba de una droga experimental. La empresa declaró que "el estudio se hizo con pleno conocimiento del gobierno nigeriano y de un modo responsable y ético". Pero los padres de las víctimas y el gobierno de Nigeria negaron que haya sido así. Por el contrario, el Estado del país africano denunció que Pfizer había actuado en contra de la ley de Nigeria, de la Declaración de Helsinki y de la Convención de Derechos de los Niños. Además, el ministerio de salud nigeriano organizó un comité investigador que realizó un informe que reveló que 11 niños murieron durante el experimento y otros quedaron con secuelas como ser sordera, ceguera, parálisis y daño cerebral. El informe concluyó que fue "un caso claro de explotación del ignorante".
En su defensa, Pfizer presentó un permiso oficial de las autoridades de Kano para realizar las pruebas con Trovan. Pero el documento adolecía de irregularidades, estaba antedatado y el comité que lo había firmado había sido establecido un año después del experimento.
Pasaron años y, finalmente, el caso se terminó resolviendo fuera de la justicia. En 2009, el Estado nigeriano llegó a un acuerdo extrajudicial con Pfizer que aceptó indemnizar a las víctimas y a sus familiares. Si bien en un principio se había publicado que la indemnización sería de 55 millones de dólares, la empresa negó que la suma fuera tan grande.
Sobornos y engaños
El otro gran juicio en contra de Pfizer fue en el año 2009 y terminó con una sentencia desfavorable para el laboratorio que debió pagar una multa de 2300 millones de dólares. La empresa fue encontrada culpable de “malas prácticas comerciales y promoción fraudulenta” de varios de sus remedios.
Los remedios en cuestión eran Bextra, Geodon, Lyrica y Zyvox, que fue retirado del mercado en 2005 por razones de seguridad.
Las medicinas se comercializaban para otros usos para los cuales habían sido autorizados, en dosis diferentes y, además, no se señalaban algunas de sus contraindicaciones. En el caso de Bextra, por ejemplo, no se incluía el “cuadro negro” recomendado por la FDA – la Adminsitración de Alimentos y Fármacos de EEUU- para advertir que la medicina era contraindica para los enfermos cardíacos.
El caso saltó a la luz cuando un John Kopchinsky, un representante de ventas de Pfizer, denunció las prácticas fraudulentas que llevaba a cabo el laboratorio para vender sus remedios. Kopchinsky, que “un día decidió simplemente que no podía seguir viviendo con sus remordimientos de conciencia”, declaró que él y otros 3000 representantes de venta, recibían instrucciones ilegales para promocionar Bextra.
Según relató Kopchinsky en una entrevista a la BBC, “la medicina (Bextra), un antiinflamatorio, había sido aprobada para venderse en tabletas de 10 miligramos como tratamiento de artritis reumatoidea y osteoartritis. Sin embargo, se nos instruyó promoverla para tratar dolor severo y también promover entre los médicos la venta de dosis más altas (…) Y en esta dosis en particular se está sometiendo al paciente a toda una gama de efectos secundarios y a otros factores que no han sido estudiados científicamente. Es decir, literalmente no teníamos idea de lo que podría pasarle al paciente”.
Los representantes de venta debían visitar médicos, dentistas y cirujanos para ofrecer Bextra como tratamiento para dolor postoperatorio o de extracción de dientes, usos para los cuales no estaba probado. Cada profesional de la salud era visitado por tres representantes diferentes y cada representante de venta obtenía US$50 por cada protocolo quirúrgico que conseguía. Pero además de las reiteradas visitas con información engañosa, la empresa utilizaba otros métodos para convencer a los médicos. Por ejemplo, sobornaban a profesionales de la salud invitándolos a reuniones o “foros médicos” que se realizaban en centros turísticos costosos. La empresa también patrocinaba programas educativos de formación médica, supuestamente independientes, para difundir usos no aprobados de sus remedios, como ser la promoción del uso de Bextra para el tratamiento del dolor agudo y el dolor post quirúrgico.
Las acusaciones fueron aceptadas por Pfizer y su abogada - Amy Schulman- declaró: "Nos arrepentimos de ciertas prácticas del pasado, pero estamos orgullosos de las acciones que hemos llevado a cabo para reforzar nuestros controles internos".
Luego aparece en escena un cable confidencial develado por WikiLeaks.
Luego un cable diplomático estadounidense emitido por WikiLeaks señala que la farmacéutica Pfizer Inc. contrató a investigadores para revelar las "relaciones de corrupción" de un ex secretario de justicia Nigeriano y detener las demandas federales en su contra.
Pfizer enfrentaba juicios federales por un estudio de medicamentos realizado en 1996 en el que murieron 11 niños.
El cable, cita una conversación del 9 de abril que tuvo el personal de la embajada estadounidense en Nigeria con el gerente de Pfizer en el país Enrico Liggeri.
Pfizer pasó los resultados de su investigación encubierta a periódicos nigerianos y contaba con "mucha más información dañina", dijo Liggeri según el cable.
En mayo de 2009 Pfizer y Nigeria anunciaron un acuerdo legal por 75 millones de dólares sobre el estudio médico. Las pruebas eran para revisar un medicamento contra la meningitis. Otros menores sufrieron parálisis y afecciones al habla, según las demandas.

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