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martes, 30 de marzo de 2010

Inmunizándonos a las gansadas político-idiótikas

Bertolt Brecht, poeta y político alemán una vez escribió: "El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."
Cuantas veces se escuchó el apodo de “corrupta” arrimado a la política o al político, que uno se siente tentado de darlo por cierto. Ver el aspecto de los funcionarios y sus turbadoras performances, abonan ese descrédito.
Por lo tanto es correcto que muchos vecinos califiquen de “contubernio” al cuerpo legislativo Argentino.
Mononeuronales como éstos, son los que desprestigian la política dirían otros. Observarlos es considerar que político es igual a negocio, o al : ¿Cuánto hay?. Pero, en realidad, hay política e Idiotika
La moraleja de esta reflexión sería: Del mismo modo como no dejas de respirar porque un mal olor te repugnó, igualmente no despreciamos la política porque un mal político, corrupto te decepcionó.
Pero dentro de lo conocido existe la clase política evolucionada "multineuronal", la de los políticos respetables, los cuales afortunadamente, la reivindican, le dan su verdadera calificación. José Carlos Mariátegui decía: “La política es hoy la única actividad creadora. Es la realización de un inmenso ideal humano. La política se ennoblece, se dignifica, se eleva cuando es revolucionaria. Y la verdad de nuestra época es la revolución.” Con la palabra revolución ha ocurrido algo parecido: sus enemigos la han demonizado y la han convertido en sinónimo de maquiavelismo. Cuando es todo lo opuesto. Es transformar lo negativo en positivo. Es acabar con la injusticia. Es combatir la corrupción. Es inmolarse por un ideal.
Con los grandes versos de un estado democrático, se da el proceso de inmunización al discurso. Haciendo referencia a un rey del antiguo Oriente, Mitrídates, el cual tenía muchas características una de ellas era ser políglota (se cree que dominaba los 20 idiomas de las veinte regiones que eran parte de su reino) y despótico. Fue un soberano el cual pasó a la Historia por sus múltiples rarezas. Una de ellas fue creer compulsivamente que moriría envenenado. Por tal razón todos los días tomaba disuelta en agua, pequeñas dosis de “mitridato”, una sustancia compuesta de cincuenta y cuatro ingredientes diferentes, pues según el consejo de su médico personal dicho antídoto le inmunizaría contra los efectos del veneno. Podríamos decir que fue el precursor de la vacuna. Era una suerte de un Rasputín de la antigüedad. Tres veces intentaron envenenarlo, y sobrevivió a las tres. Al final de cuentas la historia relata que se suicidó, pero no con veneno, tuvo que recurrir a la espada para acabar con su vida.
Volviendo y haciendo referencia a la vacuna, se inmunizó tomando pequeñas dosis de veneno, y cuando en verdad le dieron a beber un veneno muy fuerte, éste ya no le hizo efecto.
El pueblo frente a los hechos corruptos de la política americana, robo de la elecciones, sobrefacturaciones, sobreprecios en obras públicas, muertes inexplicables, incautación de fondos públicos o privados, contaminación ambiental por proyectos mineros faraónicos, pesca indiscriminada pagando cánones irrisorios, explotación de los recursos naturales sin control, pagando solo impuestos por declaraciones juradas sobre la explotación de los mismos….y otros hechos imposibles de justificar son los que han hecho que todos los vecinos hayan optado por Mitridarse o sea inmunizarse, ante el veneno político de cada campaña política.
Han tomado los vecinos todos los días de la clase política tanta cantidad de veneno que ya son inmunes a todo lo político, ningún discurso convence, nada los afecta, ni físicamente, ni emocionalmente, ni mentalmente.
Nos da lo mismo si hablan o no hablan, si hacen o no hacen.
Ya no nos convencen con sus mentiras, ahora necesitan mutar como el H1N1, tienen que ser demonios vestidos de ángeles.

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