Un terremoto puso al descubierto la corrupción de la obra civil ...
Existen muchas cosas que pueden destruir nuestra vida y una de las más importantes pueda ser el exceso de confianza en todo lo que hacemos. Nadie dice ni habla en este momento de lo conocido por el hombre: autoestima, es importante tener a esta bien alta pero que sucede cuando esta se ubica en aquel punto donde la soberbia desplaza lo racional y concluye en una transformación de nuestra imagen en algo que jamás podemos ser: un dios.
Es allí donde realmente es probada la fibra que nos ayuda a permanecer impertérritos para enfrentar cualquier dificultad no sobrepasando nuestros limites a menos que nuestros sentidos estén perturbados, en ese caso de existir o surgir esa posibilidad es cuando acontecen los accidentes, los números no cierran, los cálculos fallan, o mejor dicho en la jerga común se cumple: “Al mejor cazador se le escapa la perdiz”.
Es así como los números de nuestros políticos no se conocen y menos de aquellos en los cuales sus posesiones no pueden justificar ni remotamente sus ingresos, dentro de este cuestionamiento, automáticamente surge la pregunta ya no del millón sino la del billón de generaciones: ¿Cómo lo hizo?. Solo el silencio es la respuesta o las más fantasiosas historias de seres alados que lo iluminaron sistemáticamente para que gane una cantidad inusitada de premios como para justificar lo injustificable, claro uno investiga y se da cuenta la imposibilidad de esos hechos pues no pueden existir en nuestro país ni en el mundo tantos ganadores en diferentes juegos de Azar como para congraciar a los políticos tan afortunados.
Luego descubrimos que las obras no se han construido, o se construyeron, con una bolsa de cemento menos en la mezcla, menos hierros en las estructuras, el predio utilizado para la obra nunca tuvo un estudio de suelos, en otros casos extremos de la corrupción la parcela asignada existe pero la construcción no está.
Luego aparecen las excusas que el presupuesto esta inflado, que para ingresar a una licitación existen puntos adicionales que tratar para ingresar con hándicap y más todavía si esos espurios actos licitatorios están patrocinados por ciertas cúpulas de la política mundial. Así vamos conformado el teatro de operaciones y nos aproximamos a la realidad: los edificios se cayeron, los puentes se destruyeron, las cloacas no se concluyeron, falta metros de caño, se cayó el techo de una escuela, se derrumbo un edificio, se incendió un conjunto de apartamento para oficinas porque los cables que debían conducir la electricidad son más finos que lo indicado por normas internacionales, para ciertos tipos de carga o sobreexigencias de las instalaciones eléctricas.
Ahora ¿que pasa cuando tu salud puede estar afectada o tu entorno?, por decisiones mal tomadas o desinformación, lo peor: ELLOS LO SABÍAN, PERO NADIE SUPERVISO LA OBRA Y MENOS LAS CONSECUENCIAS DE ESTAS O LA FALTA DE ELLAS.
Más aún, dicen que la construcción soportaba las vibraciones solo de un convoy, como pasaron varios trenes el edificio se cayó.
Hace un tiempo leía: Las construcciones de edificios en Chile, con gran experiencia en la materia en lugares de alta actividad sísmica y especial preocupación por la ecología y los bajos costos, aterriza con fuerza en China, con una campaña de promoción que busca atraer clientes en el país con mayor potencial del mundo en el sector. ¿Los Chinos comprarán el proyecto Chileno?. Donde hay corrupción nadie compra nada, a menos que existan intereses bidireccionales, no importando la vida del vecino, el cual confiado compra con los últimos ahorros de su vida.
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