Los efectos de la corrupción humana afectarán nuestro futuro.
El efecto invernadero es uno de los temas que más nos preocupa por causa de las consecuencias del mismo sobre la temperatura global y el derretimiento de los casquetes polares, como así también el de los glaciares de diferentes latitudes.
No es algo tan visible, tampoco se percibe en una forma inmediata.
Pero sí podemos decir que el efecto del calentamiento global, ya está afectando a casi toda la población mundial.
Donde no había inundaciones, hoy se ven. Lugares donde existía un lago, hoy ya no está. Lo peor de todo desaparecieron ciudades que vivían de la pesca artesanal, gracias a lo que fue un espejo natural de agua, lleno de peces. Hoy día, es un cementerio de barcos oxidados, tapados o varados por la arena.
Ciudades que vivían relativamente seguras, el clima las volvió inseguras, todo se inunda, se congela o se deteriora en una forma imprevista.
Los científicos lo advirtieron, pero nadie les creyó. El tiempo se terminó.
Como si fuera poco a este fenómeno, producido por el egoísmo y la voracidad económica humana, a destruido el frágil equilibrio que caracterizó a nuestro planeta en toda su extensión.
Para aplacar los ánimos caldeados de los conservacionistas o ecologistas, algunos investigaron las razones, dedujeron que todo esto es algo cíclico. Claro, de miles de años de evolución.
Indudablemente los párrafos anteriores, también relacionan nuestra vida al egoísmo del político y su voracidad. Nada le importa cuando se habla de los negocios y el retorno de los mismos. Para él es más importante su bienestar, en lugar de la necesidad ajena, la del vecino. Paradójicamente el método de destrucción del medio ambiente, es muy semejante al de la corrupción, nadie la percibe, pero uno observa los efectos del mismo, en forma casi imperceptible va cambiando, para cuando nos dimos cuenta, ya es tarde. Nos avisaban de la podredumbre del candidato, nos comentaban que estaba involucrado en negocios turbios, deshonestos, pero nosotros creíamos que todo era una exageración, lo votamos y así nos va, o nos fue.
Seguramente hay esperanza, pero deberemos sacrificarnos dejando de lado nuestra comodidad y elegir sobrevivir, aunque nos cueste dejar de lado el vicio, de elegir un candidato podrido.
Mejorar el clima, implica cambios en nuestra conducta consumista. Indudablemente deberemos revertir los efectos de las señales funestas, o las consecuencias de nuestra conducta indiferente en lo referente al medio ambiente, a lo largo de los tiempos. Volver a repetir el modelo erróneo de nuestra clarividencia momentánea o temporal será la razón de nuestra destrucción.
Es tiempo de cambios profundos en nuestra conducta y percepción de las cosas, para lograr un bienestar común. Federico Antonio Mustapic
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