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miércoles, 22 de febrero de 2012

EL HOMBRE QUE FORJÓ LA HISTORIA ARGENTINA EN LA ANTÁRTIDA CONTINENTAL.

Don Hernán Pujato, pionero y estratega del relevamiento y la ocupación efectiva del Sector Antártico Argentino
Pablo Crocchi, periodista y miembro de la Peña Antártica Nunatak, circuló un trabajo audiovisual en homenaje a la obra de don Hernán Pujato en el Continente Blanco. Se trata de un paneo sintético sobre la acción de Pujato y sus hombres en el relevamiento y ocupación de nuestro Sector Antártico. Su profundidad y certeza se ven expresadas en este resumen que publicamos como un justo recordatorio a quienes, como Pujato, hicieron grande la actividad antártica argentina.

Hernán Pujato - Haroldo Riella - Lucas Serrano - Hernán González Supery - Ernesto Gómez - Angel Abregú Delgado
Antonio Moro - Luis Fontana - Jorge Julio Mottet, fundadores de la base polar General San Martín

En la década del 50, el presidente Perón dio directivas y apoyo decisivo al proyecto estratégico del coronel Hernán Pujato: penetrar "costas adentro" del continente blanco relevando su topografía hasta el Polo, y establecer bases, refugios y una población permanente de familias (sin relevos anuales) en la actual Base Esperanza.
Secundado por hombres como Mottet, Fontana, Giró Tapper, Muñoz, Leal, Vaca, Sosa, Benavídez y tantos otros, utilizó todos los medios disponibles para efectuar la ocupación y el relevamiento de nuestro Sector Antártico “costas adentro...” persiguiendo siempre ese voraz horizonte como si fuese su propio destino... Rompehielos, trineos de perro, tractores oruga, avionetas, helicópteros... Su objetivo final: el Polo Sur, extremo austral de la Patria y del mundo.
No obstante la clara acción patriótica del Gran Explorador Antártico Argentino, la excelente relación de Pujato con el general Perón sería en 1956 el principal argumento de miopes y traidores para sabotear y detener su proyecto.

Hernán Pujato el Gran Explorador nacido en Diamante (ER) 1904 - 2003
El 12 de feb de 1951 zarpó la 1ra. expedición científica a la Antártida Continental Argentina, a bordo del Transporte Santa Micaela de la empresa Pérez Companc, al mando del capitán de ultramar Santiago Farrel. En el puerto los despidió una multitud, el presidente Perón y su esposa Evita. Luego de una travesía, en la que estuvieron al borde del naufragio, arribaron a Bahía Margarita bajo el Círculo Polar Antártico. El grupo de invernada -asistido por conscriptos voluntarios- construyó Base San Martín, 1era. estación científica continental argentina y en aquel entonces la más austral del mundo.

Carguero Santa Micaela cedido por los Hnos Perez Companc
El capitán de la Marina Mercante Argentina Santiago Farrel falleció años más tarde en acto heroico: al comando de un buque petrolero fue embestido por otro en el Río Paraná provocando un incendio. Negándose a abandonar su nave intentó mitigar el daño que podría ocasionar la colisión sobre la costa siendo abatido a bordo por las explosiones. Supo honrar así su sangre criolla e irlandesa conforme a las tradiciones marineras argentinas inculcadas por nuestro almirante Guillermo Brown.

El capitán de la Marina Mercante Argentina Santiago Farrel
Hernán Pujato impulsó entre otras cosas, la creación del Instituto Antártico Argentino, (dedicado específicamente a las investigaciones científicas), y la adquisición de un rompehielos para penetrar las aguas congeladas del mar de Weddell.

Rompehielos General San Martín navegando el Mar de Weddell

Luego de un informe desfavorable del consejo de ministros de Perón desalentando la compra de un rompehielos por su alto costo, Pujato solicitó al Presidente autorización para buscar con su gente el navío adecuado.
En un astillero de Alemania reactivado en la pos-guerra, obtuvo un buque nuevo a costo muy inferior al analizado por los ministros y disponible en pocos meses: así nació el estoico “sapo”. El capitán Jorge Motett -quien secundaba a Pujato en el Instituto Antártico- supervisó los detalles de la compra y recibió el buque completo y equipado. El comandante en el viaje inaugural fue el capitán Luis Villalobos. Era el 1er. barco botado en ese astillero después de la guerra y el 1er rompehielos argentino.
Sus escoradas y cabeceos al navegar el Drake lo hicieron célebre entre sus numerosas tripulaciones y dotaciones de las Bases. Partía los hielos por embestida o por peso, montándose sobre el pack y llenando con agua sus tres compartimentos situados a proa, babor y estribor: a veces era necesario dinamitar el hielo que obstruía su paso.
En el palo mayor puede verse el "nido de cuervos" (puesto de observador del campo de hielo comunicado con el timonel). A popa su helicóptero Sikorsky de exploración. Su casco era de acero reforzado con soldadura especial. Una joya de su época. Rompehielos ARA Q4 Gral San Martín, apodado afectuosamente "el sapo" por tener su quilla de forma ovoide. En 1954 -su viaje de bautismo- sobre la banquisa del Mar de Weddell establece el rédord mundial histórico de navegación al Sur.
Su comandante era el capitán Luis de Villalobos. Los pertrechos que se desembarcan serán utilizados para fundar la Base Belgrano I como escalón avanzado al Polo.
La incorporación de este buque facilitó el transporte de materiales (para construcción de bases y refugios), de vehículos, trineos, víveres, elementos indispensables de todo tipo, y el traslado de las dotaciones de relevo. La descarga se efectuaba con lanchones operados por infantes de marina y algunos elementos -como tambores de combustible-, con el helicóptero de observación del buque.
Operación Enlace

Perón con los tripulantes de los hidroaviones Catalina que hicieron 2 vuelos directos a la Península acuatizando en la Isla Decepción.
Las condiciones climáticas adversas impidieron alcanzar Base San Martín vuelo del Cruz del Sur El vice comodoro Marambio con su tripulación al realizar el 1er vuelo sin escalas más allá del Círculo Polar, para abastecer a la Base San Martín. La base aérea antártica fundada en 1969 lleva su nombre. El Cruz del Sur era un bombardero modificado: sus torretas de ametralladoras fueron retiradas dejando liso el fuselaje y se agregaron tanques de combustible en el compartimento de bombas logrando una gran autonomía de vuelo.

El Cruz del Sur acuatizado y su Itinerario que superando Base San Martín continuó su vuelo hasta los 70° de latitud sur.
Cada perro tenía una ficha donde constaban: tratamientos médico -veterinarios, aptitudes físicas y síquicas, patrullas y campañas realizadas, kilómetros recorridos y su comportamiento periódico. Para ellos se ideó un alimento a base de pescado de gran contenido proteico llamado "pernican". La relación afectiva con el hombre era tan fuerte que se conoce el caso de un líder que murió de tristeza al partir su jefe -Jorge Mottet- después de dos años de compartir patrullas y riesgos.


Black: huski líder de la jauría de Pujato
Hernán Pujato, veterano montañés que ya había perdido algunos dedos por congelamiento en la Cordillera, fue enviado en 1949 a Canadá y Alaska para familiarizarse con equipos y medios de supervivencia. De allá nos trajo la experiencia de los eskimales, aborígenes que nos aportaron también muchos términos de su lengua (anorak, nunatak,iglú, huskis...) Y los huskis fueron nuestros más nobles antárticos: Viviendo permanentemente a la intemperie con temperaturas de -40°C (bajo cero), capeando temporales con ráfagas de más de 300 km/hora, atravesando planicies plagadas de filosos sastrugis y grietas abismales en marchas agotadoras. Si hubiesen podido decidir su destino hubieran elegido el mismo... Esa es su grandeza.
En 1952, como Director del Instituto Antártico, asigna al capitán Jorge Leal la misión de fundar Base Esperanza en el norte de la Península donde proyectaba -a futuro- asentar una población permanente. El año anterior hubo un incidente de intercambio de disparos de ametralladora con personal desembarcado de unidades navales británicas que nos disputaban el área.
Hernán Pujato con la dotación fundadora de la Base Belgrano I Además del relevamiento y ocupación efectiva del Sector, la febril actividad fue forjando veteranos antárticos especializados (marinos, pilotos, baqueanos, topógrafos, geólogos, científicos) -adaptados a un mundo extremo-, quienes continuarían su obra trasvasando su experiencia.
Base Belgrano I Costa Confín - extremo sur del Mar de Weddell construída en una barrera de hielos (sin suelo firme debajo, sino mar) Previendo que el gigantesco bandejón de hielos se desprendería sobre el mar (tal como sucedió), fue abandonada y reemplazada por "Belgrano II" en 1979.

Fotografía de la Base Belgrano I dibujada por Manuel Prendes en 1973
Con los años quedó totalmente cubierta de hielo. La comunicaban túneles y salidas tubulares apodadas "tambuchos". Los tractores oruga emergían del hielo por rampas en ángulo de casi 30 grados. La temperatura promedio interior era de 7° a 10° centígrados sobre cero. Un confortable hormiguero de hielo.
Mientras el personal de Base Belgrano se alistaba para el asalto terrestre al Polo -relevando pasos e instalando refugios y depósitos-, con trineos de perros y vehículos, Pujato -piloteando una avioneta Beaver-, junto al sargento 1° Julio Muñoz -piloteando un Cessna-, iniciaron vuelos escalonados hacia el Polo anevizando para instalar depósitos de combustible (señalizados con tacuaras y banderolas) que les permitirían penetrar más lejos en cada incursión.
El Explorador
Así relevaron regiones nunca antes avistadas por hombre alguno bautizando los accidentes geográficos cartografiados: Cordillera “Diamante” (ciudad de nacimiento de Pujato), Montañas “Rufino” (lugar de nacimiento de Muñoz), Glaciar Sargento Cabral, Planicie San Lorenzo, Pico Santa Fe, Nunataks Entre Ríos, Macizo Santa Teresita, Pico Buenos Aires, Cordillera los Menucos, Glaciar Falucho, Meseta Ejército Argentino, Pico San Rafael, etc.
A los 83°10’ latitud sur la avioneta de Pujato, intentando un anevizaje de emergencia sobre nieve polvo -situación de blanqueo- se accidentó quedando destrozada. Pujato y su mecánico de Vuelo, salvaron milagrosamente sus vidas. Tomando como referencia de suelo el avión destrozado, Julio Muñoz logró anevizar y rescatarlos. Aquel desolado paraje fue bautizado “Aeródromo Ceferino Namuncurá” en homenaje al santo mapuche a quien pocos días antes habían nombrado protector de los vuelos antárticos y cuya estampita formaba parte del panel de comando del Beaver accidentado...
Aquellos 4 hombres –los pilotos y sus dos mecánicos de vuelo- luego de entonar las estrofas del himno nacional por iniciativa de Pujato, y asumiendo que con una sola máquina no podrían continuar la penetración aérea hacia el Polo, emprendieron el vuelo de regreso a la Base Belgrano, agradeciendo a Dios por la vida y –tal vez-reprochándole no haberles permitido coronar el Polo para la Patria.


Pujato, Muñoz y los mecánicos de vuelo Obermeier y Molinari, juntos a su Beaver.
En tanto en Buenos Aires todo cambiaba. El 16 de junio de 1955 estalla una rebelión naval y con la escuadrilla aérea de Punta Indio bombardean la Casa de Gobierno y la Plaza de Mayo. Un despropósito demencial. Aviones que se rearman en el Uruguay con espoletas provistas por buques británicos. 300 muertos y 900 heridos: civiles, conscriptos, funcionarios. (Allí murió la madre de Dardo Cabo, líder del Operativo Cóndor que en 1966 aterrizó un avión en Malvinas).
La intentona fue sofocada pero los días del gobierno estaban contados. El 16 de septiembre de 1955 Perón fue derrocado por Lonardi, quien después de decir "no hay vencedores ni vencidos" -parafraseando a Urquiza en Caseros-, fue derrocado por Aramburu y Rojas, abla extrema del golpe.
1956: el alzamiento constitucionalista del general Juan José Valle, los fusilamientos de militares justicialistas, la masacre de obreros en José León Suárez, retiros obligatorios y bajas en masa de suboficiales y oficiales...
La retaguardia se incendia. La Operación Polo Sur se esfuma. Pujato fue llamado a comparecer en disponibilidad, sumariado y calumniado por supuestas irregularidades en el manejo de fondos del Instituto Antártico, que llevó su nombre por decisión del gobierno derrocado. En el aeroparque de Palomar unos pocos familiares y amigos los recibieron, ninguna comitiva oficial.
Entregó el detalle cartográfico de sus exploraciones aéreas y terrestres a las nuevas autoridades, quienes en vez de denunciarlos rápido a la Sociedad Geográfica Internacional, los ocultaron incurriendo en el delito infamante de traición a la patria.
Después el retiro. El ostracismo. Años de autoexilio. Al regresar al país se convirtió en el discreto consultor extraoficial de los antárticos. Su prestigio sostuvo su liderazgo más allá de grados e investiduras: era un líder que seguía encarnando su proyecto.
La mentalidad colonial había vencido: los que adjudican el origen de "los males argentinos" al componente nativo de nuestros pueblos originarios y al espacio territorial. Esos logistas que repudian a los constructores de sueños. Los que sabotearon la campaña libertadora de San Martín. Los que viven como ventajeros de paso en su propia tierra.
Hoy la toponimia de esas regiones figura en los mapas con voces anglosajonas. Intentaron usurparnos el precedente de descubrimiento que hubiese dado brillo a la República y mayores fundamentos al tiempo de discutir la soberanía. No perjudicaron a Perón o a Pujato sino al país, a su Pueblo, a la Nación toda. Los mediocres que no toleran al talentoso porque hace evidentes sus patéticas carencias.
Sin embargo el testimonio de un estadounidense que fue recibido por Pujato en Base Belgrano, permitió confirmar sus exploraciones y conservar algunos nombres.
Diez años se demoró la llegada terrestre al Polo que se concretó en 1965.
El general Hernán Pujato falleció en Buenos Aires -setiembre del 2003- a los 99 años de edad y sus cenizas fueron llevadas por su expresa voluntad a Base San Martín en el 2004, cuando se cumplían los 100 años de permanencia argentina en la Antártida. Desde allí imanta el espíritu de todos los antárticos verdaderos.

En Base San Martín descansa eternamente el “Gran Explorador Antártico Argentino”
"mi general Pujato..: fue ascendido dos veces en ese blanco campo de batalla donde el adversario es uno mismo y el medio extremo; la falta de recursos y el desánimo... Pero su espíritu criollo estaba hecho para la victoria..." J.G.Muñoz, su leal compañero en las exploraciones aéreas.
Fue ascendido a general de brigada siendo jefe de la Base San Martín. Un vuelo comandado por Marambio lanzó por paracaídas cajones con víveres, elementos... y sus insignias de general de brigada, pero esa caja se perdió en el terreno. Años después, siendo jefe de Base Belgrano, fue ascendido a general de división. Para ese entonces había recorrido extensas regiones jamás antes avistadas por hombre alguno
Al Gran Explorador Hernán Pujato, el San Martín de los Antárticos Argentinos - Peña Antártica Nunatak - 22 de febrero del 2008


Fuente: http://www.fundacionmarambio.org/

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