El accidente de Ayer se pudo evitar.
Hay muchas cosas que hablar y comentar sobre la Justicia.
Pero creemos que llego el momento que la advertencia no sea tenida en menos .
Los accidentes, mensajes y hechos lamentables, nos dicen : No podemos permitir que estas cosas sigan pasando.
Hubo varias advertencias. Nadie escucho. Ahora por ese defecto que tienen muchos funcionarios : no escuchar al pueblo , en carne propia lo sufren.
Este accidente se pudo evitar en este lugar y en otros.
Será tiempo de cambiar las cosas y tomar serias y ejemplificadoras medidas y haciendo responsables a los funcionarios que no hacen lo que deben hacer : Demarcar las calles, colocar carteles de advertencia, lomas de burro en lugares estratégicos, etc. , etc. , .......
Otra responsabilidad les compete por falta de control y contención , recogiendo a los chicos de las calles que se encuentran en estado de ebriedad y tratarlos en clinicas con profesionales conocedores de los problemas de adicciones y otros efectos del BurnOut o destrucción del cerebro por excesos y las consecuencias de estos: la agresión recibida por Jorge Berruti, chicos maltratados en los boliches, peleas entre barras,....
Lo que pasa en los boliches, accidentes de ruta, prepotencia, patovicas, abuso de autoridad, vicios que queman las neuronas de nuestros hijos, adolescentes, jóvenes y adultos.
Cuando el pueblo percibe que la justicia no suele ser tan justa: estalla. Y esa furia acumulada de cotidianas frustraciones, es algo casi imposible de detener. Me refiero a tantas cosas que pasan en los boliches ...., donde después que un patovica asesinara a golpes a un chico, los vecinos destruyeron el lugar.
Si bien la gente tiene razón en protestar e indignarse. Engendrar el caos haciendo justicia por mano propia, nunca ha dado resultados muy favorables para nadie.
Paradójicamente algunos manifestaron: Que esas personas eran unos negros de m.... porque los discriminaban en la entrada; ergo, protestan por medio de ese mismo mecanismo al que critican, realidad que solo ahonda más las diferencias ancestrales, entre Ricos versus pobres, Poderosos versus humildes, Politicos versus el pueblo.
Si el gobierno no naufragara en esa marea incierta, pujando por conseguir futuros votos y tuviese una clara estrategia de seguridad, las cosas podrían ser muy distintas. Ya que cuando uno sabe lo que quiere, mediante métodos coherentes y plausibles, los objetivos siempre llegan a buen puerto.
La falta de ese fino equilibrio entre el debe y el haber social hacia todos los estratos de la Nación, hace que la inseguridad transe con el rédito político de alguna de las partes, que por supuesto, muy pocas veces recae sobre los ciudadanos.
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