Mobbing Político , Acoso Político , Persecuta de la Politiquería.
La foto superior pertenece a una galería donde un dictador como el Mariscal Tito creo una política fundada sobre la limpieza étnica, como así también de la clase política opositora.
En Tierra del Fuego existe lo que se llama lavado cerebral social y político.
En la vida orgánica de los partidos, como ocurre en cualquier centro de trabajo, en las empresas o en la administración, se dan situaciones sobre algunas personas que se ven sometidas a un constante acoso psicológico por darse en ellas, casi siempre, unas características intelectuales, de experiencia o de eficacia en la actividad que desempeñan, que son motivo de envidia y de celos por parte de los acosadores, del agresor moral o del inductor del hostigamiento; figura, esta última, más generalizada en la actividad política partidaria, porque detrás de esas situaciones siempre hay alguien que, pese a estar en una situación jerárquica superior que su victima, se preocupa permanente de perturbar en su entorno a cualquier compañero que destaque porque lo ve como un competidor, y cuanto más cerca de él esté en el rango, mayor violencia utiliza en activar los mecanismos de agresión moral como sustituta de su mediocridad inoperante activa que le produce una sociopatía agresiva que es lo que le induce a buscar la destrucción de quien suponga que le pueda hacer sombra.
Ese dirigente amoral, sin embargo, en su concepción de la actividad política interna se considera un genio que, afectado por su narcisismo, se rodea de personas poco capacitadas a las que incita esos procedimientos y, a su vez, estos, colaboran con él, no sólo en ejecutar el hostigamiento psíquico, sino en montar alrededor de su jefe político una nube de alabanzas y de falso ensalzamiento que, además, de no quitarle los complejos, alimentan más su falta de autoestima típica de un psicópata organizacional que padece una tremenda paranoia persecutoria.
En ese cuadro de trastorno de la personalidad, el incitador inicia, estimulado en secreto por su entorno de trepadores incualificados, una discreta y sutil campaña para masacrar a quien él cree que es un dirigente emergente, haciéndole por un lado la cama y, por el otro, lo calumnian, lo descalífican y coaccionan, mediante el falso rumor y filtraciones inciertas en los medios de comunicación, para conseguir destrozar moralmente a la víctima que, en su buena fe, sin saber por qué, se encuentra con que le limitan sus medios de expresión pública, se le cierran las puertas a los órganos de dirección y hasta el acceso personal a sus dirigentes, de los que se siente desconsiderado y nota que más le desacreditan su labor cuanto mejor esta es; hasta observar, finalmente, una especie de complot que comienza a traspasar los límites de la organización a la que ideológicamente pertenece que ya constituye para él un factor de riesgo, a pesar de gozar de una perfecta salud, por lo que intenta alejarse de ese grupo de dirección amparado en su propia autoestima.
Ese proceso de mobbing político, de acoso moral, de hostigamiento psíquico y de violencia psicológica sobre la militancia más preparada, repetido una y otra vez, se van descerebrando las organizaciones de algunos partidos en los que se hace uso de esas prácticas grupales en la actividad interna partidaria. La responsabilidad es de quien se aprovecha de su superioridad jerárquica para rodearse de individuos de riesgo que constituyen una muchedumbre de militancia cautiva, derivada de una selección clientelista, a los que se le asignan tareas, muchas veces remuneradas, al servicio de quien les manda, que en muchos casos consiste en eliminar a quien pueda hacer sombra. Ese tipo de dirigente, además de condonar el éxito de su grupo político, limita hasta su continuidad taponando la sucesión, por eso hay quien no tiene un número dos, ya que en su actitud morbosa y carencia de autoestima se consideraría, automáticamente, el número tres.
No sé si será esa la razón por la que Los Señores que ya no representan al Pueblo se está hostigando psicológicamente como sucesor de si mismo.
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