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lunes, 6 de junio de 2011

PUNTO DE CONTACTO

En uno de los tantos días que viví en la C.A.B.A., caminando por las calles de dicha ciudad, meditaba, mirando las baldosas para evitar tropezar con alguna de ellas, en otras momentos cuando las veredas se encontraban en óptimas condiciones me relajaba y podía mirar el cielo, claro, siempre que no me estrellara con alguna sorpresa, de cierto animal, el cual abandonaba en la senda de mi caminata, cierta bolsa de basura tirada por aquí o un adoquín por allá.
No, no voy hablar de la mugre que hay en una de las ciudades más populosas del planeta azul.
Voy a compartir algo que puede ser interesante para mis vecinos que todos los días visitan este blog que es como un punto de contacto, donde entre todos compartimos experiencias que nos ayudan a cambiar el rumbo o destino de nuestra vida, que ya parece más una mochila para algunos, que una vida que merece ser disfrutada.
Retomando nuestra caminata matinal, una de las tantas para relajarme. Uno espera en ese deambular, cargar las pilas, relajarse, transportar su imaginación para llenar nuestra mente con hermosas vivencias. ¡Es más!, es preferible esperar lo bueno, a malgastar nuestro tiempo recordando ciertos hechos dolorosos.
Pero en una de las tantas mañanas, como que uno no cree que le pueda suceder, a mi me pasó. Estaba disfrutando el aire libre cuando en eso ¡sas!, se me introdujo en el ojo algo que desconocía, lo que todos hacemos normalmente en ese momento es refregarnos el lugar del impacto, como algo instintivo, buscando sacar el objeto molesto. Ese acto reflejo fue lo peor que pude hacer, jamás me imagine sus consecuencias.
Yo no sé si a usted le pasó lo que hoy voy a compartir, pero a consecuencia de dicho accidente estuve todo el día lagrimeando por el parpado afectado, no sabía que me pasaba, solo recuerdo que si me quedaba inmóvil, tratando de no mirar con el mismo mejoraba, pero algo me molestaba, no era normal, fui a mi casa pensando que yo podría solucionar este percance. ¿A que no sabe lo que pasó?, no lo logre, no pude hacer absolutamente nada, ni siquiera ver que me molestaba.
Toda lo noche tratando de conciliar el sueño, no podía lograrlo.
Lo único que quería hacer era relajarme, buscaba una posición yoga para meditar, para aislar el dolor, pensando en otra cosa, intentaba soñar, nada, nada daba resultado, el objeto estaba allí haciendo un desastre en mi visión. Como si fuera poco el sistema neuronal comenzó a alterarse, se disparó bajo tanta tensión un dolor de cabeza no buscado, el cansancio me invadió, el parpado se inflamó, todo por culpa de algo que se introdujo en mi ojo.
Luego de una noche en vela salí a buscar un oftalmólogo para que me solucionara el problema llegué al consultorio oftalmológico de un hospital público y allí me encontré con dios, lo digo con total solemnidad. Era la mano de un profesional el cual me puso un par de gotas para anestesiar mi desastroso ojo, observo por todas partes, nada aparecía a simple vista. Hasta que tomó un aparato oftalmológico especial, para observar con un medio de contraste toda la superficie de mi globo ocular para saber las razones de la zona irritada, esto le dio un indicio por donde estaba el objeto contundente que martillaba mi cuerpo, así lo sentía en ese momento, hasta que lo encontró algo imperceptible que se había clavado literalmente, era una astilla que vino volando por el aire y se clavó por el acto de refregarme en mi ojo dolido.
Ahora, ¿adonde lo quiero conducir con este accidente?. Nosotros somos los que podemos mejorar o empeorar las cosas. Algunos actos reflejos son normales, pero existe una innumerable cantidad de hechos o actos que por desconocimiento nos arrastran a sentirnos cada vez peor.
La solución es una sola, debemos acudir al profesional preparado para tal fin.
No podemos pedirle a un ingeniero civil que nos repare un celular. Tampoco a un electrónico que nos calcule un puente. En definitiva nosotros elegimos el profesional, el camino a seguir pero al final de cuenta, nosotros somos los responsables para escoger cuando salir del sufrimiento.
Elijamos un buen profesional para lo que no podemos solucionar y si no existiera la solución por favor Crea en Milagros, porque sí existen aún hoy día, cuando no hay nada que hacer.
Pero mientras usted puede actuar, actúe, no deje que un objeto minúsculo le arruine el día, sáquese la astilla del ojo, admire el mundo, el mundo es suyo, lleno de oportunidades usted elige el momento para actuar y conquistarlo.
No deje pasar el tiempo ¡actúe ya! . Mustapic Federico Antonio

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