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jueves, 3 de mayo de 2012

MERCADERES DE LA AGONÍA

Hoy leía un artículo del diario El País, lo que me generó incertidumbre y hambre de indagar. Por lo tanto me puse a investigar y repentinamente descubrí en la red este artículo preocupante y máxime hacia donde se dirige. Lo más sorprendente es el link de http://www.tig.org.za./ allí tenemos varios artículos para descubrir lo que todos insinuábamos, pero con una gran diferencia, lo comentan y nutren científicos de renombre en los diversos links adjuntos http://www.tig.org.za./TIGsp/indexSp.htm . No quiero asustar a la comunidad pero debemos protegernos de aquellos que son MERCADERES DE LA AGONÍA, por razones comerciales. En mis publicaciones e investigaciones ya lo había compartido pero éste material es una nueva versión más agiornada con más datos que nunca un "reload" de todo lo anteriormente compartido.
El Gobierno de los EE.UU. exige a las revistas científicas “Nature” y “Sciences” que no “detallen” la manipulación de los 5 genes mutados del virus H1N5, en la inminente publicación de las investigaciones de los profesores Yoshihiro Kawaoka y Ron Fouchier. De ellas se desprende que todos los infectados de gripe aviar la han contraído al entrar en contacto con aves enfermas, y que el contagio entre humanos sólo es posible si los 5 genes mencionados son modificados genéticamente y, por lo tanto, de forma deliberada. Esta repugnante censura, con el pretexto de que esa información no caiga en manos de terroristas, también trae como consecuencia que ningún científico del mundo puede utilizarla para estudiar vacunas, salvo quien autorice exclusivamente la Junta Nacional Asesora de Ciencia para Bioseguridad de los EE.UU., creada en 2004 por mandato de George W. Bush. ¿Quién es su máximo responsable? Bingo, el Sr. Donald Rumsfeld, que se cree como un omnipresente dios.
La pregunta del millón, vista ya la absoluta falta de escrúpulos de este .... de fabricar dinero a costa de la enfermedad ajena, es… ¿sería capaz un ser humano con semejante poder, de crear virus modificados genéticamente y utilizarlos en su beneficio propio o en el de su país? Ya hemos visto que un simple brote de gripe aviar obliga a cerrar fronteras y a sacrificar cientos de miles de animales, sin hablar de los perjuicios a la economía local.
Es cuanto menos sospechosa la obsesión del H1N5 por castigar a países de Sudamérica o Asia, sobre todo a China, un claro competidor de EE.UU. ¿Sería capaz uno de estos monstruos deshumanizados, como Rumsfeld, de usar virus como auténticas armas biológicas contra la competencia o sencillamente para forrarse hasta niveles obscenos? Volvamos a formular la pregunta después de esta pequeña matización que sigue.
Donald Rumsfeld, a través de Gilead S. ha fabricado en los últimos 20 años estos medicamentos: Atripla, Complera, Emtriva, Truvada, AZT, Neviparina y Viread. ¿Sabéis qué tienen en común? Son retrovirales para atenuar los efectos del SIDA, y prolongar el máximo posible la vida de los contagiados.
Anthony Brink, abogado del Tribunal Supremo de Justicia de Sudáfrica y fundador en 2004 del Grupo de Información de Tratamientos Sudafricanos, dirige esta organización que cuenta entre sus investigadores voluntarios con lo mejor de lo mejor de la Medicina a nivel mundial. Por citar a algunos de sus muchos miembros, tenemos a Peter Duesberg (profesor de Biología Molecular de EE.UU. y Premio Nobel de Medicina por ser descubridor del gen del cáncer), Kary Mullis (Premio Nobel de Química 1993) o Marco Ruggiero (profesor de Bilogía Molecular e Italia).
Esta fundación sudafricana investiga desde hace siete años los efectos devastadores del SIDA en su país, que se ha llevado a millones de personas al otro barrio, y se ha convertido en una auténtica pesadilla para Donald Rumsfeld. De hecho, respaldada por las investigaciones de esta élite científica, sostienen que el virus del VIH, reconocido oficialmente como propagador del SIDA, sencillamente NO EXISTE.
La Junta Nacional Asesora de Ciencia para Bioseguridad de EE.UU. censura internacionalmente las publicaciones de Anthony Brink y veta detalles como por ejemplo, la relación entre el SIDA y alimentos transgénicos, venenos herbicidas, drogas de diseño y la contaminación medioambiental. Tampoco se mencionan los casos de bebés nacidos de padres seropositivos en Sudáfrica y que no han desarrollado la enfermedad. Incluso las esperanzadoras curaciones de infectados con VIH, que han expulsado el mal de sus cuerpos, han sido silenciadas.
Tan sólo Anthony Brink y su grupo de investigadores “rebeldes” se han atrevido a denunciar sus descubrimientos en libros financiados por ellos mismos y en su página web www.tig.org.za.
Esta élite mundial de científicos defiende públicamente que el VIH no es el virus que provoca el SIDA, y que no es más que un MONTAJE, un FRAUDE que está haciendo inmensamente ricos a corporaciones farmacéuticas de EE.UU., con la Gilead Sciences de Donald Rumsfeld al frente.
Este punto lo confirmó hace dos años el mismísimo Robert Gallo (supuesto descubridor del VIH en 1984), al reconocer ante Peter Duesberg que nunca pudo demostrar al 100% que el VIH transmitía el SIDA. De hecho, lo más grave de sus acusaciones es que los efectos secundarios de los fármacos creados por Gilead S. producen inmunodeficiencia en sus desgraciados pacientes y que, lejos de curarlos, sencillamente les prolonga la vida para hacer inmensamente ricos a estos desalmados sin escrúpulos.
No quiero dilatar más este artículo, pues creo que es suficientemente ilustrativo para hacerse una idea de lo que es capaz de hacer un mal llamado “ser humano” movido por la codicia. El largo currículum de Donald Rumsfeld y su grupo de amigotes parásitos, da escalofríos sólo de pensar en manos de quién estamos.
Les comparto la fuente que no tiene nada alarmante pero sí para pensarlo dos veces: http://elultimodefensorandalusi.blogspot.com.ar/2012/01/los-senores-de-la-muerte-parte-iii-y.html
Mustapic Federico Antonio

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